Cancún Art, Generoso, Gina, Marisol, León (y 2)

Universa (acrílico/lino, 2020), obra de Marisol D’Estrabeau. (Imagen cortesía de la artista).

 

Y cuando llegamos, Gina von Sternenfels, la esposa de mi hermano Carlos Generoso, ya estaba ahí. Amable, ingeniosa y tan sonriente en el diálogo con quien supe era la artista Marisol D’Estrabeau. A esas horas de la noche en Cancún, en la Galería Edgar Herrera, en los bajos de la Artiiis Academy, acudía con el fin de sucumbir a un conjunto de obras donde ella se regodea en la puntillosa precisión de sus trazos: Reino animal le llamó a su muestra, que abrió en abril y tuvo fin en junio.

No llevaba lupa, la quise tener para detenerme aún más en los montones de detalles de sus figuras. Pronto le comenté que al ver la estructura contenida en los marcos, tuve un viaje relámpago a mis propias obsesiones por el orden. El mundo creativo de Marisol D’Estrabeau es la contundencia del lugar preciso para lanzarte a la belleza.

El amigo Carlos escribió para la ocasión Excerpta, de la cual calco: “Tres son las fuentes de donde abreva nuestra pintora. Desde su más temprana infancia al haberse asomado al mundo científico y médico de su padre a través del microscopio, donde se quedaban embelesada con aquéllas imágenes abigarradas de tejidos y formas naturales.

“La segunda fuente son las experiencias posteriores, sus viajes, uno en particular al terreno Cora y Huichol, a la gran Wirikuta del altiplano poptosino, territorio Hiruki y del color, del tejido makarmé como un libro que los europeos no alcanzaron a quemar, la ritualidad espaciada en las formas que cobran vida de un mundo silvestre y natural, combinación intrínseca de forma y color.

“Por último, y quizá más importante, es algo que trae de ella misma, de los caminos de su interior femenino y profundamente, que es su prolífica imaginación, que lo mismo vislumbra un gato de tres patas, que las transformaciones del zorro o el hálito de vida de una abeja nipona”.

Andar pues, que Marisol es la esposa de un gran artista del estado, León Alva. Andemos rumbo a la Supermanzana 26, en la zona céntrica de Cancún, donde tienen su casa que resguarda cual galería a la vez que bóveda, como también laboratorio creativo, los acervos de la pareja. Dale cuate Generoso a la morada de sus grandes cómplices que hace mucho calor, la demanda es de chelas que sabemos  de las viandas que ellos preparan.

En torno a la mesa del comedor, un alegre quinteto. De la conversa de los asuntos del orden común, al recorrido por las intimidades de dos productores de arte. Digamos que con los dedos de la mano cuento las visitas a talleres o estudios de enjundiosos artistas de la era en curso. Evoco entonces al maestro Mario Reyes (1926-2017), con esa maravilla que fue su Taller Libre de Grabado.

La explosión de colores en los distintos soportes de León Alva, lanza latigazos al ánimo. Despertemos, caray, esos rostros que pinta son devoradores. Creo que hay en esa arista de León un permanente llamado a la infancia, esa variedad que se resuelve como literatura infantil a la que le pone uno texto.

Antes de despedirnos, me obsequia el libro León Alva. Obra pictórica 1982-2008 Art Work, edición del artista de mil ejemplares firmados, numerados, con sello de autenticidad y dibujo original, puesto en circulación en ese 2008.

Tomo horas después sus páginas, me entero que su tío abuelo fue el muralista Ramón Alva de la Canal (1892-1985), que es autodidacta e iconoclasta, como apunta Bettina Cetto, quien elabora el prólogo del cual copio: “Mientras hojeo el libro llego a la conclusión de que se intenta insertar la obra de León en alguna corriente en particular, habría que bautizarla.

“Y pienso entonces en la corriente que surgió hace cincuenta y tantos años en México entre escultores y arquitectos, y que el voz de Mathias Goeritz dio por llamarse ‘arquitectura emocional’, es decir, en su grito de protesta por el giro que había tomado la arquitectura funcional, enlazaron aquella arquitectura cuya función primordial debe ser la emoción. Yo me inclino por llamar la obra de León Alva -sin conocer la sorpresa que en él produzca mi nomenclatura- ‘pintura emocional’”.

Llegará el libro a los dominios de Mixcoac, así como el grabado de Marisol Ser de luz (48/50).

En la casa de la familia Martínez-von Sternenfels, a escasa caminata del mar de Playa del Carmen, el manto protector del clan. El chico, como su padre, Carlos Generoso; ellas son Ya-il y Bálgìi.

También los gatos, pero sobre todo la mafia perruna yorkshire, donde se destaca por su mando Pipa y luego el gran mastín Balam, que a poco más de un año ya le urge novia…

 

Dueña de hombre perro soñador (tinta/papel), obra de León Alva. (Imagen tomada de leonalva.com).

 

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