Acompañar los andares del amigo desde el amanecer hasta el anochecer. La maravillosa secuencia de los enfoques al calor del Caribe, envueltos en el enorme manto de Cancún, de Playa del Carmen, de Isla Mujeres; de Quintana Roo, con el recuerdo del trayecto que arrancó en el Distrito Federal al inicio de la década de los 80. Así es: cambiamos sin dejar de ser entrañables.
Es el encuadre del amigo que se despliega en empresario, un negocio que protege, adorna, da techo, acota el sol, ofrece sombra, da consistencia espacial a diversidad de establecimientos. Una actividad que tras largos años se extiende con el abono de la familia. Ahí va con la clientela Carlos Generoso Martínez Díaz (nacido en Saltillo en 1955, pero radicado a los 3 años en Matehuala) el sociólogo como cultivador de la ciencia política, quien mide extensión y altura desde sus alturas y corpulencia con el apoyo de este achichincle mientras las mesas del restaurante junto al mar, se desbordan de turistas en la era covidniana.
En otro ángulo una esquina, en pleno centro de Cancún. Es arquitectura de su propio pulso. En la planta baja los enseres de la empresa; en el primer piso la casa que es estudio. La mesa para trabajar esculturas en barro; el caballete con un enorme lienzo al que le faltan detalles. El reguero de pinturas, pinceles y brebajes del arte.
Paredes estampadas con sus obras, con las de otros de estos territorios de la república. Allá el librero, también el viejo armario que bien recuerdo en su departamento en la colonia Portales: ya entonces el gimnasio pero también los talleres libres de la Academia de San Carlos, de la mano de forjadores como Javier Anzures y Fanny Rabel.
A su obra le impregna algo barroco, le digo. Hay también una peculiar firmeza; marcaje del trazo, las texturas, del color. Son rostros, cuerpos, extremidades, parajes, troncos, raíces, animales: son eso y van más allá. Su pintura tiene una estructura que deriva de manera natural con sus obras murales; en efecto, en el lienzo, en la escultura, en las técnicas mixtas, como en los muros, el amigo Generoso sella sus peculiaridades.
Del encuadre, al enfoque, a las múltiples vistas que a Carlos dan pertenencia en el movimiento plástico cancunense. Deja en mis manos un catálogo que da cuenta de ello, editado en 2019 por la Fundación Oasis, brazo de responsabilidad social de la cadena hotelera Oasis. Sus páginas recogen las actividades del Programa de Arte y Cultura de 2015 a 2018.
El compendio creativo es sorprendente. La buena factura editorial permite apreciar en todo su alcance la diversidad plástica capaz de reunir la Fundación Oasis. Al recorrer las páginas impresionan las obras de creadores como Marisol D’Estrabeau, Silvia Arciniega y Martha Zovich; de León Alva, Alejandro Folgarolas y Omar Vera. En la sección de arte mural están las obras de Liz Rashell, Karla Salgado, Richart González y Dherzu Uzala, entre otros.
Al recorrer el eje Cancún-Playa del Carmen recordamos a nuestro amigo Gerardo Guerrero González, quien pasó una temporada por acá, como parte de su incesante peregrinaje que llegó a su fin en Cuernavaca el 7 de enero de 2020. Claro, recordarlo es volver a vivirlo.
Eduardo Cruz Vázquez
Eduardo Cruz Vázquez periodista, gestor cultural, ex diplomático cultural, formador de emprendedores culturales y ante todo arqueólogo del sector cultural. Estudió Comunicación en la UAM Xochimilco, cuenta con una diversidad de obras publicadas entre las que destacan, bajo su coordinación, Diplomacia y cooperación cultural de México. Una aproximación (UANL/Unicach, 2007), Los silencios de la democracia (Planeta, 2008), Sector cultural. Claves de acceso (Editarte/UANL, 2016), ¡Es la reforma cultural, Presidente! Propuestas para el sexenio 2018-2024 (Editarte, 2017), Antología de la gestión cultural. Episodios de vida (UANL, 2019) y Diplomacia cultural, la vida (UANL, 2020). En 2017 elaboró el estudio Retablo de empresas culturales. Un acercamiento a la realidad empresarial del sector cultural de México.