Y ahora ¿qué hacemos con esto? Nos tomaron el pelo: que de lo más efectivo para la pandemia, made in China. Ya ves, con tal de protegernos de la mirruñiñita ésa. Mmmm. ¿De veras? Hasta ver no creer. Entonces decidimos convertir las dos mascarillas en excitante bikini y los cubrebocas, en dos tangas. O tal vez una combinación letal de estilos. Cosa de reciclar y reinventar ¿no? Y además, qué cordones. Vino lo mejor ¡a ponérselos! Encima una bata. Acá en camiseta. Uno a la vista del otro. Dejar caer esas telas… Brrrrr. ¡Guauuu qué cambiazo! ¡Que no se rompan, por faaavoooor! Luego le pasamos la obra al amigo galero, allá en Polanco. Quizá saquemos un dinerito. Ahora, venga pa’cá. (Eduardo Cruz Vázquez).
