El dinero de los mares profundos

 

 

 

Hubo un tiempo en que quise estudiar para oceanógrafo. Sumergirme en las profundidades de nuestros mares patrios. Cuando algún conocido mío que sí se dedicó a bucear me contó sobre todo lo que se podía observar en una inmersión, dos cosas me quedaron claras.

La primera, que tal despliegue de saberes y vivencias es asunto de privilegiados que nadan los mares de la línea del oxígeno hasta donde es factible llegar abajo. La segunda, que ni el oceanógrafo más pulido podrá comprender lo que ocurre en el fondo del ejercicio del gasto público. Tampoco el más chido de los economistas como tampoco la gran mayoría de la comentocracia.

Por lo mismo mucho menos un simple mortal como yo, con todo y lo que bien concreta el INEGI en esta gráfica. Lo que ven es, en verdad, el turbulento océano de los dineros de la cultura que han destinado los gobiernos federal y estatal nada menos que del 2008 al 2022. En efecto, no es posible aún obtener el nivel municipal.

Recordemos que la gestión pública no se refiere exclusivamente a lo ejercido a través de las dependencias gubernamentales de la federación y los estados dedicadas a la cultura. Comprende instituciones de educación superior públicas y otras dependencias de la administración, como ciertas paraestatales como instancias desconcentradas y descentralizadas.

La serie 2008-2022 permite múltiples lecturas. Una de ellas, la de una proporción porcentual en la que las aportaciones de los estados han crecido y van cerrando la brecha con las federales.

Otra lectura, que el año 2015 (Peña Nieto) es el más alto para la federación, en tanto que el 2020 (AMLO) es el pico porcentual para los estados, pero fue el 2022 cuando las entidades alcanzan la cifra récord en miles de millones de pesos.

Una más: que del 2019 al 2022, la gestión pública en cultura suma 292 mil 942 millones de pesos. Eso mero, saque las otras sumas sexenales.

Si les gusta la oceanografía o algún oficio similar, podrán sumergirse en esta gráfica, en las cifras, en un paseo por tantos años contados así por el INEGI. Verán que hay mucho por descubrir allá hasta el fondo. Y si no, siga usando salvavidas.

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