Gráfica 11: Producción total del sector cultural y crecimiento en valores constantes.

Onceava entrega de un recorrido que llegará a 15 gráficas el lunes 15 de noviembre. Esa semana, el miércoles 18, el INEGI dará a conocer la actualización al 2020 de la Cuenta Satélite de la Cultura. Y con esos datos, lo que ahora vemos tendrá dos componentes más.

En efecto, la línea azul que vuela como alegre es un contenido, el porcentaje del crecimiento anual de la producción en el sector; las barras delicadamente fijadas en banda amarilla, lo mismo que lo anterior, pero en miles de millones de pesos. Juntas pero no revueltas.

Estamos ante otra oportunidad que los años nos dejan ver, pues ambos escenarios van de 2008 a 2019. Vale atacar la interpretación como lo hemos hecho semanas atrás, por sexenio. Felipe Calderón: enfrenta una caída por la crisis económica de los Estados Unidos y el virus de la influenza. Naturalmente se refleja en el sector cultural que luego despega, hay una recuperación sólida en flujo de dinero y en porcentaje. Entrega buenas cuentas a su sucesor Enrique Peña Nieto.

¡Pum! Aunque haya más miles de millones, no compensan la caída, por eso se tasa al 1% en dos años, 2013 y 2014. Y ¡ándale!: el rebote se torna espectacular los dos años siguientes para sostenerse en ese 4% en el restante tramo del gobierno priista, lo cual le hace superar al panista y dejarle al morenazo AMLO un sector firme, estable. Ya hemos comentado que esta particularidad se basa en dos pilares: el mercado cultural y la resistencia del mismo. Nada que ver el gasto público en ese impulso.

La llamada cuatroté arrima el primer gran palo a la economía nacional y al sector en particular en 2019. Ahí lo tienen: en dineros es una diferencia que de plano no cuenta, 15,525 mil millones de pesos (mdp). Caída brutal tanto a cuenta del mercado como del gasto público: combinación letal.

Del 2008 al 2019 en esos miles de millones la diferencia es de 455,742. Una simple división nos indica casi 38 mil mdp por año. Como otras veces hemos dicho, es complicado decir hasta donde es buena o mala la cantidad de recursos para hablar de desarrollo sostenible, generación de empleo, abatimiento de la precariedad, y etc. Nos quedamos con la idea de que el sector cultural tiene un paso más o menos firme, que da la pelea en el conjunto de la economía, sabe caer, levantarse; que el desempleo persiste. Y que sostiene en estos meses una pelea en el marco del régimen político que nos gobierna, llevando la de perder.

 


 

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