Fotografía: Juan Raúl Barreiro Isabel

A más de 25 metros de altura, el señor Esteban Gómez Hernández corta con un soplete las estructuras metálicas de edificios en demolición, tan sólo con la protección de un arnés sujeto a un cable de acero.

Don Esteban tiene 46 años de edad y más de 30 en este oficio de cortador, como se le conoce a esta especialidad. Dice no tener miedo a las alturas, porque sencillamente ya se acostumbró.

Lleva más de cuatro meses trabajando en la demolición del emblemático edificio que desde 1953 albergó la tienda Viana San Cosme (que luego pasó a ser de Coppel), en la esquina de Insurgentes y Puente de Alvarado, y que a raíz de los sismos del 2017 su estructura quedó dañada.

Confía que terminen en demoler todo en dos meses más, para regresar a Michoacán, lugar a donde viaja cada fin de semana para estar con su esposa e hijos.

 

24 de septiembre, Colonia Buenavista, Ciudad de México.

 

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