Si la miras fijamente a los ojos, o escuchas sus silbidos, puede hipnotizarte con el fin de hacerte dormir… lo hace sobre todo con las mujeres que amamantan a sus bebés, para “robarles la leche”, colocando su cola en la boca de los niños, a manera de chupón, para que no lloren mientras succiona su alimento.

Este es uno de los dichos o leyendas más populares sobre el cincuate (Pituophis deppei), también conocido como alicante o culebra sorda mexicana, una especie amenazada, según lo estableció hace tiempo la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA).

Su nombre proviene del náhuatl: cincoatl, de centli-maíz y coatl-serpiente, o sea, “serpiente de maíz”, llamada así porque siempre anda rondando las milpas, en busca de ratones para comer.

 

 

Es uno de los 88 tipos de víboras que hay en el estado de Hidalgo, según un estudio de la universidad estatal (UAEH). Y aunque no es venenosa, como la mahuaquite y el coralillo, su mordida puede provocar fiebre y dolores musculares.

Este bello ejemplar lo encontré en un tianguis nocturno, despertando curiosidad y asombro entre niños y adultos que pasaban frente a un puesto donde también ofrecían -en venta- pequeños lagartos, ranas, tarántulas y culebras más pequeñas.

Cuando pedí permiso para tomarle fotos, los encargados del negocio, unos jóvenes desenfadados y bromistas, no pusieron obstáculos y hasta la sacaron de su caja de vidrio para exhibirla mejor.

Tampoco tenían miedo de que alguna autoridad los sancionara por comerciar ilegalmente con estas especies. Incluso me dijeron, sin remordimiento alguno, que un señor ya había pagado 400 pesos por el cincuate, pero que se lo llevarían a su casa al día siguiente. Mientras, seguiría siendo parte del pequeño espectáculo de animales exóticos en medio de la noche.

14 de agosto de 2021, Mineral de la Reforma, Hidalgo.

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