Por supuesto que sorprendió. Fue la antesala de los últimos tres gritos de la noche del domingo 15 de septiembre. “¡Viva la grandeza cultural de México!”, soltó el presidente López Obrador. Estamos ciertos de que jamás una multitud había coreado ¡viva! a un concepto múltiple, imaginario, envolvente y escurridizo. Esa tarde, también se dispuso una “Guelaguetza nacional”, crisol cuya organización bien merece reconocimiento. Ahora queda lo por venir: que el orgullo del mandatario y de tantos miles más se traduzca en acciones perdurables de gobierno.
