Si bien los trabajadores docentes que nutren los brazos académicos de los institutos nacionales de Antropología e Historia y de Bellas Artes y Literatura tienen sus formaciones gremiales por ser parte de la Secretaría de Cultura (SC), mantienen fuertes vínculos con su antigua condición. No ha sido fácil desprenderse de la Secretaría de Educación Pública, como tampoco de los lazos que, según los intereses, unen a los maestros e investigadores, ya sea al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) o a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). A casi cuatro años de nacida la SC, hay una transición laboral inacabada. A ello se suma la reciente reforma educativa. Está por verse qué pasará con la vida escolar de los institutos: ¿el nuevo impulso propiciará una mejora o seguirá todo igual?
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