Alexandra Domarchi
Al entrar en el condominio, percibí una presencia inusual, cerca del portón.
– ¿Este cachorrito, es nuevo? ¿Es real o es un peluche?
– Es nuestra mascota, me contestó el portero orgullosamente.
El perrito engañoso despertó mi interés. Además, cada día, la mascota postiza tenía un accesorio adicional y cada día le tomaba su foto. ¡Una pelota! ¡Un platito de agua! ¡Un cubre hocico azul minúsculo!
Cuando leí su letrero “¡Cuidado con Hércules!”, le pregunté al vigilante:
– ¿Por qué tantos cuidados con Hércules?
– Pues mire, porque encontré un remedio para no sentirme tan solo. Últimamente la gente se había puesto muy seria y muy callada. Ahora Hércules es un tema de diversión para todos.
– Sí lo es. ¡También Hércules es un work in progress!
-¡Ah! Eso sólo lo entiende usted. Hércules es mi compañero.