Live Nation dijo que sí quiere, pero más adelante; ¿En verdad pelearán CIE y Televisa con Rapino?

La industria musical ha encontrado en los conciertos masivos su máximo potencial de monetización en tiempos digitales. Live Nation, una de las compañías más prolíficas en el sector, ha debido realizar ajustes mayores para superar la crisis económica de 2020. (Imagen: Piotr Svat)

Una condicionante contractual que puede leerse en español como “Efecto material adverso” es la interpretación en discordia. Mientras que para Live Nation es consecuente apelar a ella para aguardar la adquisición del paquete accionario de OCESA en poder de Televisa y el de Corporación Interamericana de Entretenimiento (CIE), para los vendedores eso no se vale así. En su caso, será una Corte estadounidense la que despejará el enredo, si persiste el conflicto.

Como sabemos, las medidas de distanciamiento social implementadas por gobiernos a nivel mundial para centros de espectáculos, conciertos y espacios públicos por la pandemia de Covid-19, es un hecho cuyo impacto económico no tiene precedente.

Ni siquiera Live Nation, la operadora que promovió 40,256 conciertos y festivales alrededor del mundo en 2019 se salvará de aplicar recortes y medidas restrictivas para superar las pérdidas económicas de este año.

Desde el 12 de marzo, Live Nation había anunciado la suspensión de sus eventos programados hasta nuevo aviso. Los corporativos de espectáculos más grandes del mundo al lado de Live Nation, como AEG, CAA,WME, Paradigm y UTA, informaron sobre la integración de una fuerza de tarea para detener la propagación del virus Sars-Cov2.

A partir de ese momento, la empresa encabezada por Michael Rapino tomó decisiones para evitar afectar a poco más de 10,500 empleados de tiempo completo alrededor del mundo.

Michael Rapino, CEO de Live Nation, ha debido implementar ajustes drásticos como disminuir el 50 por ciento de salarios a altos ejecutivos de la compañía. Incluso ha tenido que renunciar a su sueldo por los próximos 12 meses. (Foto: Billboard.com)

Tienen otros datos

El 13 de abril Michael Rapino anunció los movimientos financieros que prevendrían la quiebra de la empresa durante el 2020.

Se implementó un plan de reducción por 500 millones de dólares en gastos corporativos, además de 120 millones de crédito en reserva para imprevistos financieros a corto plazo. Ambas cantidades se obtendrán de la reducción en un 50 por ciento al salario de altos ejecutivos. La mayoría ha firmado su compromiso por al menos 12 meses a partir del 16 de abril, medida que se levantará cuando la mesa directiva considere que la empresa cuenta con las condiciones para incrementarlo paulatinamente a su estado original. Rapino aceptó reducir su salario en 100 por ciento en el mismo lapso.

Entre las disposiciones adicionales están la congelación de contrataciones, reducción en el uso de contratistas, renegociación de rentas, permisos, eliminación de gastos discrecionales como viajes, entretenimiento, reparaciones, mantenimiento y marketing.

En caso de que la contingencia se extienda más de lo previsto por las autoridades sanitarias, la empresa analiza generar descansos temporales para sus empleados, siempre que puedan obtener apoyo económico de sus gobiernos. También ha reducido los anticipos para artistas y contratos de eventos, pues una gran parte de su inversión está estancada por los reajustes de fechas y cancelaciones ante la pandemia. Un ejemplo es el acuerdo de 200 millones de dólares por 10 años con Jay-Z en 2017.

El 7 de mayo, Live Nation presenta su estado financiero del primer trimestre. Con 1.37 billones de dólares y una caída del 20 por ciento con respecto al mismo periodo del año pasado, la junta directiva tenía que tomar previsiones. Por ello, dispuso una nueva ronda de inversión por 1.2 billones de dólares en deuda programada para ser cancelada en 2027. Esta inversión implica una taza de interés del 6.5 por ciento anual.

“Hemos agregado liquidez que ayudará a reforzar nuestro balance, permitiendo amortiguar cualquier escenario hacia el 2021, ampliar recursos para capitalizar y escalar el negocio rápidamente en el tiempo adecuado. La creatividad sin límite de los artistas junto a la demanda por conciertos impulsa nuestra confianza de que existe y siempre habrá un fuerte futuro para los conciertos y eventos en vivo”, expresó Rapino en un boletín interno de la compañía.

El reciente rompimiento de la negociación entre Live Nation, CIE y Televisa por la adquisición de OCESA no obedece a problemas económicos, sino a disputas conceptuales en el Acuerdo de compra.

OCESA como novia de pueblo

Como se publicó en el artículo “Ahuyenta inversión la 4T: Live Nation dice no a Televisa y CIE” por Vicente Gutiérrez en Paso Libre, la compañía desistió temporalmente cerrar la transacción con CIE, OCESA y Televisa debido a diversas circunstancias.

Live Nation compraría el  51 por ciento de Ocesa (40 por ciento accionario de Televisa y  11 por ciento de CIE)  por 462 millones de dólares. Del porcentaje total (51 por ciento), 414 millones serían cubiertos en efectivo. En el acuerdo se incluiría a Ticketmaster México, Ocesa Seitrack, (agencia de booking y management), CREA (corporativo de eventos especiales) y la operación exclusiva del Centro Citibanamex. En total la transacción implicaría expandirse a 14 lugares de espectáculos con capacidad de 250,000 asientos y 37 millones de boletos al año.

De acuerdo a Live Talent, las autoridades mexicanas autorizaron la compra hasta abril de este año.

Luego de la firma del acuerdo, Live Nation dijo que posteriormente entabló conversaciones con OCESA sobre algunas posibles modificaciones a los plazos y términos del acuerdo.

El 7 de mayo, Rapino mencionó: “Queremos negociar con OCESA y cerrar el trato, no estoy buscando asumir ninguna pérdida en México mientras atraviesan sus seis a ocho meses de recesión comercial (debido a COVID-19)… Idealmente queremos tener el trato cerrado. Queremos retrasar el pago del acuerdo en efectivo hasta que ambos sepamos cómo y cuándo estaremos en el otro lado de la crisis. Entonces esa es la intención”.

El 26 de mayo, Live Nation confirmó que habría entrado en controversia con CIE y Televisa debido a que las partes no pudieron ponerse de acuerdo sobre los términos revisados ​​y, como tal, el acuerdo ha finalizado. Live Nation también señaló que CIE no había cumplido su obligación contractual de continuar operando al objetivo comercial de manera normal durante un efecto adverso material (Cláusula denominada Material adverse effect en inglés),que se refiere a la pandemia mundial de Covid-19, y como tal, la firma ha iniciado procedimientos de arbitraje vinculantes .

Este concepto indica un umbral económico o macroeconómico que permite medir objetivamente cualquier evento, ocurrencia, hecho o condición que pueda ser adverso al negocio, impactando su desempeño operativo, condición financiera, o resolución de compra dentro de un tiempo determinado. Cuando no se encuentran las garantías necesarias , ambas o alguna de las partes puede desistir de la operación sin penalización o penalización mínima.

La transacción ya se había retrasado a principios de este mes, y el comprador dijo que quería determinar el impacto que la crisis tendría en las operaciones de Ocesa en México y en toda Sudamérica. CIE, OCESA y Televisa indicaron que presentarían una controversia para reafirmar la voluntad de venta, pues ya se han invertido recursos para concretar la transacción.

Por esta razón, Live Nation iniciaría un procedimiento de arbitraje en Nueva York ante la Corte de Arbitraje Internacional de la Cámara Internacional de Comercio, solicitando un juicio declaratorio de que ha rescindido adecuadamente el Acuerdo de Compra con CIE y que cualquier obligación en virtud del mismo está justificada por los motivos establecidos, reconociendo la capacidad de CIE y Televisa para responder a la controversia y cuestionar la validez de su terminación.

El mercado accionario presenta una recesión esquemática y en el caso de Live Talent se mantiene reducido en casi un 40 por ciento en el valor de sus acciones. (Gráfico: Forbes.com)

La esperanza muere al último

Además de replantear su estrategia y programa financiero, la compañía tendrá que superar el desplome de su valor accionario. Apenas el 20 de febrero, las acciones cerraban en 76.08 dólares y para el 18 de marzo caerían junto a las bolsas bursátiles cerrando en 29.50 dólares. Al momento de escribir este artículo (29 de mayo) cierra en 49.16 dólares, coincidiendo con la reapertura de espacios en países europeos y algunos estados de la Unión Americana.

Sobre la estrategia de reapertura, Rapino dijo que “vamos a hacer pruebas y desarrollar conciertos sin fans, que tienen grandes oportunidades de transmisión, reducir la capacidad de conciertos al aire libre, en teatros y estadios donde podría haber suficiente espacio para estar a salvo”.

Aunque parece poco interesante asistir a un concierto que se transmite por internet a una televisión inteligente o dispositivo móvil, Rapino dice que es muy atractivo para los anunciantes.

“Los conciertos sin fans son muy importantes para nuestro negocio con patrocinadores, permite crear grandes oportunidades para apoyarlos porque han estado con nosotros en este año tan complicado. Vamos a reducir la capacidad de los shows porque podemos hacer que las matemáticas funcionen. Existe una gran cantidad de artistas que tal vez puedan vender una arena entera, pero podrían hacer 10 teatros o clubes pequeños con público de gama alta”.

Otro dato interesante revelado por Rapino, es que el 90 por ciento de los fans ha preservado su boleto esperando la reprogramación de su evento. La encuesta realizada a 10,000 asistentes a conciertos musicales alrededor del mundo, permitió reagendar el 80 por ciento de los eventos cancelados con la certidumbre necesaria.

Además, casi un millón de fans ha entrado a su sitio Live from home buscando tours virtuales e intrepretaciones acústicas de sus artistas.

Entre el infierno y el pozo

Live Nation es tan sólo una de las seis empresas más grandes del entretenimiento dedicadas al negocio de los conciertos y espectáculos masivos. La apertura con que comparte sus cifras y esquemas permite a otras empresas de escala menor interpretar y entender el tamaño al que puede moverse la industria musical en el ámbito de las experiencias en vivo. Son compañías que podrán paliar de una manera u otra la contingencia pandémica y a pesar de salir “tablas”, manejan la circunstancia en función de sobrevivir para fortalecer sus modelos de negocio.

Si algo debemos aprender del manejo de información y exposición de datos que Live Nation y su director ejecutivo Michael Rapino implementan, es que este tipo de prácticas fomenta la confianza en el mercado (aún en circunstancias adversas), amplia los horizontes financieros y reduce la incertidumbre en las industrias creativas.

¿Será que nuestra perspectiva mexicana de negocios del entretenimiento en cuanto a producción de espectáculos, información y exposición de datos se refiere, realmente no cuenta con transparencia suficiente y se preocupa por quedar en evidencia?

Mientras tanto, para Televisa la situación pinta complicada, pues además de decidir si aguardan la adquisición de Rapino, en 2018 decidió reducir su diversificación de nichos para concentrarse en la expansión operativa de la televisión por cable, en el desarrollo de banda ancha con Sky, la oferta de telefonía celular y otras divisiones de contenido. Inició este plan con la comercialización del 50 por ciento de Radiópolis y el 19 por ciento de Imagina, el grupo español de medios. El cierre de esta transacción le hubiese permitido obtener un equivalente al 3.3% de su deuda total sin contar la manera en que enfrentará su panorama financiero post Covid-19.

Por su lado, CIE y sus empresas tendrán que ser pacientes si desean vender a Live Nation, buscar arreglos de diversa naturaleza que den respiro a sus finanzas para intentar no claudicar o de plano buscar otro comprador, lo cual se antoja en los polos: venderle el alma al diablo o ser buenos empleados de una familia muy querida.

Nos leemos en el siguiente artículo.

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