Levanta, golpea, controla y conduce el balón entre los autos que están parados ante el semáforo rojo, a la manera que lo hacía Pelé, su gran ídolo.
Después de un buen baño, don Óscar sale todos días en su bici a buscar unas monedas para sobrevivir. Desde de la Lagunilla, pedalea al Parque Hundido o a otro crucero de la avenida Insurgentes, para hacer dominadas con un balón de ¡basquetbol! y luego pedir cooperación a los automovilistas.
Conversador nato, platicó conmigo de muchos temas: fútbol, religión, historia de México, los Beatles, Pedro Infante (“Miguel Alemán lo mandó a matar por celos”) política (“el PRI es el mejor partido”) literatura (“La masacre de Tlatelolco, de Elena Poniatowska, dice verdades”), entre otras cosas.
Para él, Benito Juárez fue una gran presidente, pero Porfirio Díaz fue mejor porque “mandaba a fusilar a cuanto ladrón hubiera y no como ahora que los sueltan”.
12 de agosto, Colonia Tabacalera Ciudad de México.
