Una experiencia inédita, sin correr, sin prisas, con horarios sí, pero aquí. Y entonces veo lo que no veía, lo que pasaba igual, pero yo no estaba. Veo mariposas en las flores y las flores, ayer cerradas, hoy brillando; veo abejas y colibríes, veo lo que hacen mis gatos durante el día. Y veo que florecen cosas que no sabía, y revive el árbol de cacao que trajo mi hijo de Guerrero y creí que se había muerto de frío y por la sequedad del aire. Lo veo pasar de palito seco a lleno de brotes verdes. Habrá que construir el regreso. Espero que nunca más sea igual. Que pueda ver la vida abriéndose paso. Ahora mismo llueve. (Cecilia Soler).
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