Coronacrónicas antivirulianas: Caldo de Gallina

La gallina madre, aguafuerte de Pablo Picasso, ilustración para Historia natural, compendio de obras de Georges Louis Leclerc, conde de Buffon, publicado 1942.
El 25 de abril del 2040, Valentina invitó a unos amigos a cenar. De entrada les sirvió un manjar: ¡Bisque de langostinos con una pizca de mezcal! Valentina les aseguró que era un típico caldo de Gallina. Nadie entendió la relación entre el plato y su nombre. Ni parecía ni sabía a caldo de gallina. “Esta salsa aterciopelada es una receta de mi abuela. Durante el confinamiento que hubo por el Covid-19, mi abuela, una chef francesa, se lavaba las manos de manera obsesiva. Usaba gel antibacterial, jabón, alcohol, detergente, cloro… Como su piel era extremadamente delicada, le dio una dermatitis horrible. Sus manos se parecían a las patas hervidas de una gallina: finas, blancas y arrugadas. De ahí el sobrenombre de Gallina”. (Alexandra Domarchi).

 

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