Mi madre no le tenía miedo a la muerte. Estaba segura de que resucitaría, hermosa, a sus 30 años. Ahora que tengo en casa sus cenizas, y que se respira tanta incertidumbre, creo que de estar viva me hubiera dicho que el infame coronavirus era una señal de que se acercaba el fin del mundo. Estos días la extraño aún más, si es posible, porque a su lado una podía enfrentar sin temor el apocalipsis, y echo de menos también a mi perra Uma, cuyas cenizas están junto a las suyas por si llegara a fallar su plan de despertar en otro mundo, una tierra de abundancia donde los justos vivirán felices. Así nunca le faltará consuelo. (Silvia Isabel Gámez).
Silvia Isabel Gámez estudió en la Escuela de Escritores de la Sogem pensando en dedicarse a la ficción, pero se le atravesó el periodismo. Durante más de veinte años trabajó como reportera de Cultura en el periódico Reforma, sección de la que también fue editora. Entre sus investigaciones destaca la historia de Julia Pastrana, la Indescriptible. Ha participado en proyectos como la Enciclopedia del español en el mundo, del Instituto Cervantes, e impartido cursos y talleres de periodismo narrativo y redacción periodística en Reforma y Televisa Digital. Forma parte del colectivo Reporteras en Guardia. Nacida en Barcelona, reside desde su adolescencia en la Ciudad de México. Trabaja como editora y periodista cultural freelance.