El pasado 5 de marzo, el gobierno de Emmanuel Macron canceló el Tomorrowland Festival 2020, como medida preventiva para evitar la aceleración de contagio por Covid-19, a nueve días antes de iniciar el evento. Era la primera decisión de una cadena masiva de cancelaciones para festivales, giras, conciertos, presentaciones y experiencias artísticas masivas hasta que el virus sea controlado.
Para el 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaraba el brote de Covid-19 como una pandemia. Inmediatamente el O2 Arena de Londres posponía el Country to Country Festival a realizarse del 13 al 15 de marzo, además de reagendar su próximo evento al menos hasta el próximo 30 de agosto. Artistas como Santana, Maluma, Evanescence, Seven Worlds y Dua Lipa tuvieron que posponer, cancelar y reagendar sus presentaciones.
¿Y en México? Nada para entonces. El 12 de marzo, el concierto de Soda Stereo en el Foro Sol se llevaría a cabo sin problemas y el festival Vive Latino continuaría los días 14 y 15 a pesar de la tendencia mundial de cancelaciones. Aunque la mayoría de artistas anunciados se presentaría, All Them Witches, Ambar Lucid, Black Pumas, Biznaga, Enrique Bunbury, Fangoria, Gustavo Santaolalla, Kyary Pamyu Pamyu, Portugal. The Man, She Wants Revenge, Usted Señálemelo y Vetusta Morl, cancelaron su participación en el evento.
Como puntualizó entonces Jordi Puig, director del Vive en entrevista para Excélsior, el señalamiento de las autoridades sanitarias sería la medida para posponer el festival. En ese momento, el gobierno mexicano mantenía la fase 1 del programa ante la emergencia sanitaria.
“Independientemente de lo que todos podamos especular para el futuro, hoy, en este momento, queremos hacer un festival y queremos darle vuelta a la economía, a la vida, a la diversión y por lo tanto queremos y estamos convencidos de hacer el festival. Lo que tenemos es mucha prevención, me acaban de confirmar que con pistolas vamos a tomar la temperatura de la gente en los accesos, estamos reforzando los geles antibacteriales y los lavamanos en todos los baños”, agregaba Puig a Excélsior.
Combinación de factores
Recordemos que el 30 de enero, el Comité de Emergencias del Estado Sanitario de la OMS, cuya función es asesorar al Director General y proponer soluciones en situaciones límite sanitarias, se reunió para establecer una revisión al brote en China y países con casos detectados en el mundo hasta ese momento.
El Comité estaba convencido que la propagación se podría minimizar si los países establecían medidas sólidas para detectar, aislar, tratar, hacer seguimiento y promover medidas de distanciamiento físico, pues el brote cumplía con los criterios para una declaratoria de emergencia en salud pública mundial. Realizó recomendaciones específicas al gobierno chino y sugirió a los demás países a prepararse para adoptar medidas de contención, como la vigilancia activa, la detección temprana, el aislamiento y la prevención de la propagación viral.
Para el 14 de febrero, la OMS había emitido el documento recomendaciones clave de planificación para reuniones masivas en el contexto del brote del Covid-19. En el punto 4.6 del documento, relativo a las “Prácticas operativas para reducir la transmisión del virus Covid-19 relacionada con eventos” (pág. 5), se mencionan reglas básicas aplicables antes del evento:
- Las personas deberán ser advertidas de alejarse del evento si se sienten enfermas.
- Personas que no estén en condiciones (fiebre y tos), deben permanecer en casa y no asistir a escuelas y evitar multitudes hasta que se resuelvan sus síntomas. Esto aplica tanto a participantes como gente de staff.
- Se debe promover la higiene de manos y el estornudo de etiqueta.
- Personas que enfermen durante el evento deben ser aisladas.
- Las áreas de aislamiento deben estar bien equipadas y con materiales necesarios para el manejo de riesgo de contagio.
- Las multitudes deben minimizarse en lo posible, los organizadores deben considerar usar medidas de distancia para reducir el contacto cercano entre los asistentes (incrementar la frecuencia de transporte, manejo de llegadas, diversificando salidas, minimizar la congregación en zonas sanitarias, agua y alimentos).
Al verificar a través de las redes sociales del evento (Facebook, Twitter e Instagram), confirmamos que no se había cumplido con la advertencia a los posibles asistentes de mantenerse alejados o permanecer en casa si presentaban algún tipo de síntoma.
En la página oficial del Vive se mencionó que la Secretaría de Salud (SS) llevaría a cabo tareas de monitoreo y asistencia en el control de acceso al implementar un dispositivo sanitario. A pesar de ello, se reportó que durante el primer día se presentaron 27 personas con fiebre. ¿Escanear la temperatura fue un método efectivo para detectar personas con Covid-19?
El 6 de febrero de 2020 se publicó un estudio en la revista europea sobre vigilancia de enfermedades infecciosas, epidemiología, prevención y control (Eurosurveillance), donde a través de un modelo matemático por computadora se realizó una simulación que dejó en evidencia las desventajas significativas en el uso de aparatos de escaneo termal en aeropuertos, pues de cada 100 enfermos al menos 42 pasarían por los controles sanitarios sin ser detectados, debido a que podrían portar el virus sin desarrollar síntomas.
La tecnología implementada en los aeropuertos utiliza sensores de alta resolución, mientras que los detectores manuales poseen sensores de bajo costo para hacerlos accesibles.
Es importante indicar que la temperatura corporal tiene múltiples factores por los que varía significativamente, como la edad, sexo, hora del día, presencia de estrés, esfuerzo de movimiento, alimentación, drogas, tabaquismo y sitio de la medición que podría impactar entre 0.3 y 0.6 grados, suficiente para poner en duda una posible medición de contagio.
Únicamente los métodos invasivos son los más precisos para una lectura termal y requieren de equipamiento especial que no podría ser aplicado para eventos de gran magnitud de asistentes.
¡Hola México, bienvenidos a la pandemia!
El 28 de febrero, la SS confirmaba el primer caso documentado de Covid-19 en nuestro país. Para el 18 de marzo, la dependencia anunció la primera muerte por el virus. Pocas horas más tarde, se daba a conocer que el fallecido había asistido el 3 de marzo con su esposa al concierto de la banda sueca Ghost en el Palacio de los Deportes. El paciente padecía diabetes, una condición que fue determinante para su deceso.
Este recuento nos ha llevado al título a este texto. Debemos aceptar que la crisis del Covid-19 ha afectado significativamente las actividades culturales, eventos, infraestructura, artistas y empresas dedicadas al entretenimiento musical, entre muchas otras del sector cultural.
Sin embargo, existen también carencias en los sistemas actuales, puesto que, a pesar de ser grandes consumidores de eventos, poco exigimos a las autoridades en cuanto a la regulación de centros de espectáculos, protocolos de protección civil, manuales de contingencias y sistemas de seguridad en eventos y espacios públicos.
Y es que, en nombre de la cultura, todo parece sano y libre de pecado. Pero es importante conocer nuestros derechos de consumidor cultural, además de fomentar la responsabilidad civil y social.
Vale traer a este espacio mi artículo Seguridad en espectáculos: ¿a quién corresponde?, donde realicé un análisis sobre los protocolos de seguridad para inmuebles de espectáculos a partir del atentado terrorista del Wembley Stadium durante el concierto de Ariana Grande.
Pusimos sobre la mesa que la audiencia es el principal interesado en su seguridad, puesto que no hay una exigencia protocolaria para emergencias y como en el caso de la pandemia, una legislación sólida que permita reglamentar adecuadamente los espacios públicos para que cuenten con verdaderas condiciones y no solo adaptaciones para realizar actividades artísticas y culturales.
Podría mencionar al menos 5 centros de actividad musical en la Ciudad de México que no cumplen con los mínimos protocolos de seguridad y que siguen operando sin una infraestructura adecuada, tanto humana como logística y políticas de atención a contingencias, puesto que su visión de negocio se centra en la comercialización de bebidas alcohólicas, utilizando el antifaz de centro cultural para justificar su existencia a pesar de que rompen varias regulaciones de protección civil y en algunos casos, muchas de ellas bastante severas.
He vuelto a revisar los sitios del Auditorio Nacional, el Foro Sol, el Plaza Condesa y del Palacio de los Deportes, para percatarme que siguen ausentes de protocolos, manuales de emergencia, sistemas de ayuda y soporte a los asistentes, medidas de seguridad, desalojo y urgencia eventual. ¿Pensarán los operadores de esos recintos que incorporar estas disposiciones podrían incidir en la decisión de los asistentes? La constante de su información son las características comerciales de los inmuebles, acceso a la renta del mismo y venta de boletos. Incluso algunos recintos aun no han actualizado sus carteleras de abril, mayo y junio.
Para poner un poco más de contexto sobre este aspecto, utilizaremos como ejemplo al Auditorio Nacional. El año pasado, el recinto fue nominado para los Pollstar Awards 2020, un premio que reconoce la actividad artística alrededor del mundo. Se le hizo competir en la categoría de Lugar Internacional del año, al lado del 02 Academy Brixton, del Royal Albert Hall, The O2 Arena, Wembley Stadium (todos ingleses), y el Ziggo Dome, de Holanda. ¿Cuál es la diferencia entre nuestro máximo recinto y sus competidores de categoría?
Sencillo, estos lugares cuentan con protocolos de seguridad y recomendaciones de asistencia. En su sitio web se encontrarán preguntas frecuentes sobre protección civil e incluso algunos manejan un sistema de recuperación para objetos perdidos. Para su logística se acompañan de empresas especializadas en manejo de actos masivos como Attitude Is Everything, que brinda atención a personas con discapacidad, así como integran servicios como el Access Card, una tarjeta que proporciona descuentos y servicios especiales además de identificación en el evento.
Paralelamente han optimizado sus sistemas de boletaje para evitar la reventa física y digital. En pocas palabras, entienden que la experiencia de un evento masivo va más allá de llenar un recinto o reventar la taquilla lo antes posible.
Entonces te pregunto, querida lectora, querido lector ¿cómo te ha ido al comprar un boleto en la taquilla o pre-venta en línea para eventos de alta demanda en México? ¿Cuál ha sido tu experiencia para la devolución de entradas ante una cancelación o contingencia? ¿Qué te han parecido los precios al interior del recinto en alimentos y bebidas a pesar de que en muchos casos son eventos considerados culturales? ¿Cómo han respondido las autoridades ante denuncias por incumplimiento o riesgo de exposición? ¿Les sigo preguntando?
En vista la conclusión
La pandemia del Covid-19 ha venido a mostrar la gran cantidad de debilidades y vicios que imperan en la programación y desarrollo de eventos masivos en México. Pero como público, somos los únicos que podemos proveernos la seguridad, atención y cuidado al asistir a ellos. ¿Cómo hacerlo?
Aunque te invada la felicidad al comprar tu boleto para ver a tu artista favorito, debes tener presente que en ese momento haz cumplido con tu parte del contrato (que lo es, aunque no lo creas) y por ello adquieres una promesa por parte de un conjunto de instituciones, empresas y personas que lo hacen realizable. Refiero a los proveedores de conciertos, artistas, managers, responsables de infraestructura e inmuebles, de los responsables de protección civil, cuerpos policiacos, mandos municipales, alcaldes, presidentes municipales, del personal de atención al consumidor e instituciones sanitarias quienes tienen en sus manos las políticas y protocolos, para que los eventos y las experiencias del público sean los adecuados, y para que en su caso, se apliquen las sanciones previstas por los marcos legales, sin privilegios de ningún tipo a quien incumpla con esa promesa. Todo ello en nombre no de la música ni de la cultura, sino de tu experiencia y supervivencia como público.
Nos leemos en el siguiente artículo, mientras tanto #QuédateEnCasa
Rafa Mendoza
Rafa Mendoza es asesor estratégico y analista de la industria musical. Músico, ingeniero en audio, comunicólogo y mercadólogo en proceso. Se ha desempeñado como productor musical y diseñador de producción para Sony Music y sellos independientes. Es fundador y Director Creativo de Ad Libitum Incubadora, primer startup especializada en educación, emprendimiento, difusión, incubación y vinculación profesional para la industria musical. Ha impartido conferencias sobre el negocio de la música como UAEMEX, UNAM, UPAEP, Gobierno del Estado de México y recientemente en la Fonoteca Nacional.