
La NFL calcula que al menos existen 30,2 millones de fanáticos hispanos del futbol americano en Estados Unidos, por lo que este representa un segmento importante de su audiencia. Debido a ello, en 2015 invirtieron cerca de 243 millones de dólares en publicidad de medios hispanos, lo que implica un incremento del 60 por ciento en ese rubro respecto de años anteriores.
Shakira y Jennifer Lopez presentaron un despliegue de ritmos, coreografías y letras de sus grandes éxitos divididos en idioma español e inglés ante una audiencia de 103 millones de televidentes. La primera artista latina que protagonizó un espectáculo de medio tiempo en el Super Bowl fue Gloria Estefan en 1992 (repitiendo en 1999), y les abrió el camino a Arturo Sandoval, Christina Aguilera, Enrique Iglesias y Bruno Mars.
La elección de Miami como sede no fue la excepción. Es la tercera ciudad estadounidense con mayor número de población hispana: 1,910,000 hispanos residentes en la ciudad que representan el 69 por ciento de la población local. Todo parece indicar que la NFL ha descubierto un segmento demográfico para dedicarle suma atención en los próximos años puesto que la celebración de eventos magnos como el Super Bowl ha perdido cierta popularidad en las jóvenes generaciones.
La presentación sirvió como trampolín en cuanto a promoción se refiere, pues ambas artistas repuntaron en reproducciones durante la semana siguiente al evento. De acuerdo con Billboard, Jennifer Lopez incrementó su stream (tendencia) en un 149 por ciento, alcanzando las 10,1 millones de reproducciones. Shakira se benefició con un incremento del 221 por ciento y obtuvo 20,98 millones de reproducciones.
A pesar de que el espectáculo contó con una producción muy diversa en iluminación, vestuario y simbología con distintos mensajes que lo mismo celebraron la cultura latina que el empoderamiento femenino, la audiencia se dividió en comentarios a través de las redes sociales.
En un momento del performance, se utilizaron unas pequeñas estructuras lumínicas estilo pods (armazón que asemeja una jaula). En su interior, niños de entre 10 y 12 años permanecían sentados. La escena fue interpretada como una crítica relacionada con las medidas tomadas por el gobierno de Trump en la frontera, donde cientos de niños migrantes fueron separados de sus padres y colocados en áreas enrejadas para documentar su posterior deportación.

Paralelo a la transmisión en vivo, el tono racial se disparó en las redes sociales. Los argumentos más reiterados se basaron en la omisión de artistas afrolatinos, en el reclamo al presidente Trump por permitir un show “antiamericano”, la ausencia de talento nativo de Florida y el estereotipo hipersexualizado de las mujeres latinas (con la piel aclarada, el abdomen plano y el tinte rubio).
Apenas transcurridos pocos días de la transmisión, ya se han hecho presentes las expectativas para el siguiente año. Se rumora, por ejemplo, que veremos por primera vez a un artista mexicano en el escenario, al menos participando como lo hizo J. Balvin en esta edición. Por lo pronto, el mercado latino sigue creciendo en Estados Unidos y tendremos que esperar un año más para enterarnos del impacto que esta edición ha dejado en la mente de los organizadores.

Solo recordemos, que en noviembre de 2020 habrá elecciones en ese país y la comunidad latina podría definir el destino de Donald Trump pues 32 millones de latinos tendrán capacidad de voto con una representación del 13.3 por ciento del electorado. También debemos considerar que existen 30 millones de votantes afroamericanos, sector demográfico cuya mayoría no encuentra razones para repetir los errores políticos en la Casa Blanca. A mediados de enero, una encuesta del Washington Post encontró que el 83 por ciento considera que el presidente es racista y desaprueba sus acciones. Solamente el 20 por ciento estima que Trump ha emprendido algunas acciones para aminorar el desempleo de su comunidad mientras el 76 por ciento cree que está tomando medidas desfavorables para los afroamericanos.
Según los analistas, seis estados podrían decidir la elección de 2020: Michigan, Pensilvania, Wisconsin, Florida, Arizona y Carolina del Norte. Otro dato importante es considerar que el 80 por ciento de los hispanos están concentrados en nueve estados: California, Texas, Florida, Nueva York, Illinois, Arizona, Nueva Jersey, Colorado y Nuevo México.
No, el Super Bowl latino no es una coincidencia.
contacto@rafa4puntocero.com
10 de febrero de 2020.
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Me parece que a Donald Trump le hace mucha falta el apoyo latino. Me gustaría que se hablara también de los inmigrantes en estos eventos.