Fundar: los dineros de la Secretaría de Cultura

 

El análisis del gasto público es complicado hasta para la Secretaría de Hacienda. Nos referimos a lo ya ejercido, no a lo que se presupuesta. Son muchos renglones torcidos a los que especialistas se enfrentan en virtud de metodologías, lenguajes y demás códigos de la administración gubernamental en cualquiera de sus niveles.

Los que nos animamos a intentar descifrar el significado de esa infinita numerología, agradecemos la labor de organizaciones como Fundar. Desde octubre de 2022 circula el estudio Cultura y presupuesto público. Desigualdad y centralización de la infraestructura cultural, elaborado por Paulina Castaño e Iván Benumea.

Los autores explican que el objetivo del documento es “identificar en qué medida los programas presupuestarios a cargo de la Secretaría de Cultura (SC) han impulsado la descentralización de la infraestructura cultural”. A lo que nosotros agregamos el concepto de desconcentración, ya que por décadas ambas demandas siguen en espera de las decisiones que imponen.

Hagamos una apretada visita a las páginas del estudio que pueden leer, ya que es abierto, preciso y accesible. Castaño y Benumea indican que, en cuanto al programa de Apoyos a la Cultura, se analizan los recursos “con los que contó la vertiente Apoyo a la Infraestructura Cultural de los Estados (Paice) en 2021 y 2022”.

El resultado del análisis demuestra que en 2021 “solo once entidades se beneficiaron con un monto total de 23.8 millones de pesos, mientras que en 2022 solo catorce entidades accedieron a este apoyo por un monto total de 24.7 millones de pesos”.

El acceso desigual a la infraestructura cultural, señalan los investigadores de Fundar, “también puede dimensionarse en función de la poca infraestructura con la que cuenta la Federación”. A su juicio, el gobierno federal “está prácticamente ausente, como lo demuestra el hecho de que solo pertenezcan a este sector el 4.9% de las librerías, el 2.6% de los teatros o el 3.9 % de los centros educativos artísticos que existen en el país”.

Sin embargo, agregamos, hay dos matices. Por un lado, al conceder la razón a Castaño y Benumea, hace falta aumentar considerablemente esos porcentajes, sobre todo para alcanzar un desarrollo cultural en las mejores condiciones. Pero, por otro lado, el que la infraestructura cultural esté en manos de gobiernos estatales como municipales, empresarios, universidades públicas como privadas y de otro tipo de organizaciones, es fundamental en el hoy y en el mañana. Es más probable que los particulares cubran el déficit del Estado.

 

 

Dineros telúricos

El documento Cultura y presupuesto público aborda en otros renglones lo relativo al gasto total en cultura. Se explica que se compone del presupuesto de la Secretaría de Cultura “y de una parte del presupuesto de la Secretaría de Educación Pública y se considera como gasto para el Desarrollo Social”.

Para 2023, cuentan Castaño y Benumea, “el gasto total de Cultura se proyecta en 20 838 millones de pesos. Este monto total representa el 0.1% del Producto Interno Bruto (PIB) y el 0.25% del total del gasto total propuesto en el PPEF 2023”.

Nos hacen ver que este porcentaje “sigue siendo significativamente menor al compromiso inscrito en la Carta Cultural Iberoamericana que asumía la meta de aumentar el presupuesto cultural al 1% del gasto público total”.

En otro escenario del estudio se muestra el presupuesto de la SC aprobado y ejercido del 2017 a la fecha, periodo en el que “llama la atención que la SC gasta más de lo que presupuesta”. La dependencia “tuvo sobreejercicios significativos en 2017 (9.20%), 2018 (10.46%) y 2021 (9.14%), con excepción de 2020 donde dejó de ejercer 1 832 millones de pesos (11.15% de los recursos originalmente aprobados)”.

Esos dineros “extras” pudieron tener dos razones: asignaciones adicionales por cierto tipo de compromisos o gastos de más que se convierten al año siguiente en pasivos.

No obstante “estos constantes sobreejercicios, el gasto de la SC ha ido a la baja: de 18 535 millones de pesos ejercidos en 2017 a 17 000 millones de pesos en 2021, una diferencia real de 6.62%”.

Visto al interior de la Secretaría de Cultura, el presupuesto muestra una tendencia concentradora en pocas instancias. “Se puede señalar que de las 31 unidades responsables que ejecutarán recursos en 2023, tres de ellas concentran el 75.41% del total: el Instituto Nacional de Antropología e Historia (4 739 millones de pesos), la subsecretaría de Desarrollo Cultural (3 808 millones de pesos) y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (3 460 millones de pesos)”.

Sabemos que, en el caso de la subsecretaría, se convirtió en una suerte de bolsa que reparte dinero dentro y fuera de la dependencia.

Cultura y presupuesto público editado por Fundar, subraya a la vez que este 2023, el programa Proyectos de Infraestructura Social del Sector Cultural (alias Chapultepec, Naturaleza y Cultura) habrá de ejercer 3 670 millones de pesos, mientras que Apoyos a la Cultura espera que le cumplan recibir la cantidad de 187 millones de pesos.

Tras su análisis, Paulina Castaño e Iván Benumea concluyen como recomiendan que es necesario ponerles más dinero a los programas dedicados a los estados. Una descentralización afectiva, una inversión que detone equilibrios. Y también transparentar los manejos de los recursos.

 

Contar el sonante

En este nuestro Paso libre, tenemos desde noviembre de 2022, el paquete de 15 gráficas que, con motivo de la actualización de la Cuenta Satélite de la Cultura al año 2021, nos brindó en exclusiva el INEGI.

Una de ellas, la 8, se llama “Estructura porcentual del gasto ejercido de la gestión pública en cultura, serie 2008-2021”. Mi comentario al respecto lo titulé “Mira Bartola, ahí te dejo esos dos pesos”, con el guiño a la célebre canción de Chava Flores.

Se puede leer: “Informamos que la abnegada Bartola lanza la definición que encierra la gráfica 8 (según el INEGI): ‘Actividades realizadas por unidades de gobierno que contribuyan a facilitar el acceso, la difusión, desarrollo y fortalecimiento de actividades culturales’”.

Traigo a este texto algunas de las cifras citadas en millones de pesos corrientes, para que los lectores del documento de Fundar, sepan del peso de esta fuente que tiene la Cuenta Satélite de la Cultura.

El INEGI capta el gasto sectorial en los niveles federal y estatal. Para darle paralelo a lo que describen los investigadores de Fundar, el mayor gasto del gobierno federal ocurrió en 2018, con 46 125 millones de pesos. Si bien en ese año el gasto del gobierno estatal no fue el más alto de la serie, con la cantidad de 26 263 millones de pesos, sí es 2018 el pico de la medición con 72 388 millones de pesos.

La tendencia observada en el gasto del gobierno federal, corrobora la parte que le corresponde a lo estudiado por Castaño y Benumea, en cuanto a la baja de esas aportaciones. Otro elemento concluyente es que la participación estatal del 2008 al 2021 ha ido en aumento para alcanzar un 40% en el año de la reciente actualización.

Ay Bartola: “Ya verás como ahorras/pa’ un abrigo de visón”.

Nuestro colega del GRECU Antonio Mier, nos facilitó esta gráfica de los presupuestos a la Secretaría de Cultura en lo que va del sexenio, según el PEF. Es lo aprobado mas no lo ejercido.

 

 

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