Hafid Soto Sánchez
Intelegal Abogados
Especialista en Propiedad Industrial y Derechos de Autor
Apoderado de marca del Festival Internacional de Cine en San Luis Potosí
A pesar de los primeros entusiasmos por la administración del Secretario de Cultura, Armando Herrera Silva, tan solo unos meses después de iniciada su gestión, en 2016, al lado de la recién nombrada directora del Centro de las Artes, Laura Elena González, revelaron en un acto en la Cineteca Nacional, la intención de organizar una “Fiesta Internacional de Cine en San Luis Potosí”. De esta manera sanjaron sus intenciones y se dio paso a una serie de problemáticas en las que el Festival Internacional de Cine de San Luis Potosí (FICSLP) se vio comprometido. A la mala, a contrapelo de los empeños, intereses, logros y hasta relaciones del festival, con toda la fuerza del gobierno estatal, los funcionarios se lanzaron en la aventura sin importales su propio desconocimiento del medio cinematográfico, sin medir el menosprecio patente y el daño que causaban a quienes desde 2012 concibieron e instrumentaron el Festival Internacional de Cine.
Esta irresponsable e insensible actitud se atribuyó, en buena medida, a que se dieron las riendas de la “Fiesta” a dos personajes de la Ciudad de México: Carlos Sosa Ortiz (quien fuera director de La Casa del Cine) y Eva Sangiorgi (quien fuera directora del FICUNAM hasta 2018), quienes crearían para cumplir esa tarea Sancinema A.C.
De esta manera, el director de Desarrollo Cultural de la Secretaría de Cultura, Manuel Gameros Hidalgo Monroy, convocó a una reunión fuera de las instalaciones de la dependencia a Omar Velducea, director del FICSLP, a la que asistió Carlos Sosa Ortiz, (como sabemos, sobrino de Jorge Sánchez Sosa, entonces director del IMCINE) quien ya sabía del Festival Internacional pues había asistido a la citada tercera reunión de Festivales Cinematográficos. Velducea pensó que la junta era para instrumentar una alianza bajo la consigna irrenunciable de que cualquier esfuerzo conjunto y, sobre todo, si no se generaba el consenso de coordinación, respetaría lo ya realizado por el festival, para evitar confusión por la similitud de nombres y objetivos. De no existir acuerdo, la intención fue que se encontrara apoyo para que se llevara a cabo el cuarto Festival Internacional de Cine de San Luis Potosí, el cual se realizaría unos meses después del pensado por el gobierno estatal.
Ese encuentro entre Gameros, Sosa y Velducea no logró formalizar del todo posiciones, ni la básica, que era marcar la diferencia entre “Festival” y “Fiesta”. Por el contrario, se evidenció lo que ya sabían estaba mal. Inlcuso Sosa, según pudo atestiguar Velducea, aseveró que él mismo estaría “encabronado si alguien viene a mi ciudad a hacer lo mismo que yo”. Fue entonces que la Secretaría de Cultura actuó por su cuenta y riesgo; inlcuso, no tuvieron el cuidado de registrar el nombre de su “Fiesta”. Eso se tradujo en que, en paralelo, el festival resintió no solo la confusión entre ambas celebraciones, además le impactó en el diálogo y encuentro de apoyos para su realización, en muchas situaciones, con consecuencias irreparables. Los organizadores de la “Fiesta”, en un acto descabellado, se tomaron a la brava, sin ningún tipo de autorización, el emblema y designación del festival. Y no solo eso; incumplieron con el recurso económico que, meses después de su actitud errática, ofrecieron: la suma de 140 mil pesos, de los cuales se recibieron 50 mil, ocasionando deudas a proveedores.
A esta trama se suma un patrocinio en modalidad de donativo que consiguió la “Fiesta Internacional de Cine en San Luis Potosí” por 3 millones 519,727 pesos de Banorte, institución bancaria que, por cierto, lleva las nóminas en gobierno. Esta serie de inconsistencias, con otras propias de la organización encabezada por Sosa y Sangiorgi, condujeron a que, tras la primera “Fiesta”, ya no se promoviera ninguna otra. El mismo secretario Armando Herrera Silva llegó a comentar, en un acto de sinceridad inusitada, que, pese a los fondos recibidos, los responsables que tuvo a bien contratar, pedían más dinero. Además, para recibir las trasnferencias de distintos recursos, se utilizó Sancinema A.C.
Mientras en la realidad la Secretaría de Cultura preparaba la “Fiesta” y le puenteaba fondos a la asociación civil a través de la Cineteca Alameda, el director Manuel Gameros Hidalgo Monroy enfatizaba -en contra del festival, por supuesto- que el gobierno no podía firmar compromisos con organizaciones no gubernamentales cuando compartían objetivos comunes. Una tras otra situación, nos convencían del haber decidido ir con los procesos de investigación del uso de marca con fines legales, para apelar a lo que por derecho nos correspondía ante el Instituto Mexicano de Propiedad Industrial (IMPI).
Así es como, en 2016, se da una “Fiesta” y tenemos Festival. Luego salieron más hilos a relucir en esta trama. Como es sabido, Enrique Márquez Jaramillo como potosino, es (o fue) amigo y colaborador de Laura Elena González en el Centro de las Artes, a quien al inicio del sexenio de AMLO invitó a ser directora general de Cooperación Educativa y Cultural, en la Secretaría de Relaciones Exteriores, donde Márquez aterrizó como director de una nueva área, llamada de Diplomacia Cultural.
A su vez, el funcionario de cancillería es padre de la cineasta Alejandra Márquez Abella, la citada directora de Las niñas bien y de la cinta Semana Santa. Ahí, a la vista, un conflicto de interés sobrado para que el colaborador de Marcelo Ebrard se esmerara en favorecer a la “Fiesta”, en particular, en las gestiones ante Banorte. Un provecho que se evidenció tanto por la presencia de la directora en aquella rueda de prensa de la Cineteca Nacional, como por ser parte estelar de la programación. ¿Así o más claro el conflicto de interés? Lo decimos más allá del mérito propio de la cineasta, a quien se le respeta.
Pero los hilos siguen. Como operador del gobierno de Morena, Márquez Jaramillo guarda una estrecha relación con el gobernador Carreras. Hablamos de un grupo político con intereses culturales que se extiende al actual director del Centro de las Artes, Eudoro Fonseca Yerenas (que asumió el cargo en abril de 2019), quien dirigió el organismo previo a la Secretaría de Cultura, el Instituto de Cultura, amén de haber sido director general de Vinculación Cultural del Conaculta, con Sari Bermúdez (200-2006).
La ruptura con el gobierno del estado fue irremediable. Tampoco sirvieron las gestiones que se llevaron a cabo ante servidores públicos como Abelardo Casillas, de la Dirección de Gestión y Atención Ciudadana, y de Omar Reséndiz, secretario Particular del Gobernador. La decisión del festival en defensa legal del uso de marca nos alejó de cualquier diálogo y apoyo en todos los niveles; nos separamos de la posibilidad de seguir el ejemplo de festivales prestigiosos y financiables, como el de Guadalajara y el de Morelia.
En la ruta de los caminos diferentes, a mediados de 2018, en el proceso de organización de la sexta edición del FICSLP, se promovió la proyección de las películas El Complot Mongol y Un filósofo en la arena. El secretario Herrera pidió presentarse como parte del acto protocolario del film de Sebastián del Amo, lo que ingenuamente interpretamos como señal amiga en busca de colaboración, cuando en realidad solamente deseaba relumbrón. Para no perder costumbre, en el camino lleno de obstáculos, el evento fue ensombrecido por una situación alrededor de una supuesta venta de boletos, ocasionada por la misma secretaría, lo cual ocasionó la intervención del director de la Cineteca Alameda, Mario Candia Gómez, a efecto de aclarar el hecho y devolver las entradas.
Vino el cambio de Presidente Municipal de la capital en 2018 y tomó las riendas Xavier Nava Palacios, de Morena, nieto del legendario luchador social Salvador Nava Martínez. Se le escribió al entonces al secretario técnico del Ayuntamiento, Jorge Francisco Arias Hernández, para buscar (otra vez) líneas de colaboración y de paso, pedir una revisión de la multa impuesta por la administración de Ricardo Gallardo Juárez.
El secretario técnico convocó a una reunión con Cecilia Padrón Quijano, directora del área de cultura (quien venía del Centro de las Artes, parte del grupo ya referido). Se les presentó el programa de la sexta edición del festival. No mucho tiempo después, la respuesta fue ser remitidos a la Dirección de Desarrollo Económico, instancia que facilitó ubicar un empresario que financió el tipo de proyector que requería la película Roma. Ni un centavo, nada de recursos. Eso sí, Arias Hernández no solo pretendió exigir créditos en todo espacio del evento, también se atrevió a reclamar ¡que no estuviera Alfonso Cuarón!
En descargo diremos que, a pesar de la actitud de Cecilia Padrón Quijano, para esa sexta edición del FICSLP se contó con la ayuda desde la cúpula de la Dirección de Turismo y Cultura, a cargo de Yara Mariana Nagore Rojas, así como de la Dirección General de Operación Turística del estado, a cargo de Juventina Molina Domínguez.
Para 2019, mientras el proceso legal por uso indebido de marca seguía su curso, el secretario Herrera convocó al director Omar Velducea a una reunión en respuesta a la solicitud de apoyo (una carta de aval) para participar en la convocatoria federal de PROFEST. Otra vez el cuento: de manera inusual, frente a los funcionarios Manuel Gameros y Mireya Bernal, el secretario argumentó que solo podrían apoyar una postulación ya que, en sus palabras que recordamos, “nos limitaron a uno solo”. En efecto, citaron para decir que no y además, informar que el beneficiado con el aval sería otro evento “más fuerte”.
En relación a los fondos destinados a la “Fiesta”, recibidos por la extinta asociación civil Sancinema y por el Centro de las Artes, a través de la Secretaría de Cultura estatal, con la información a la que se ha podido acceder, hemos conocido algunas referencias de su manejo.
En el primer caso, se consignan dos depósitos, uno por un millón 028,422 pesos y otro por 276 mil 215 pesos, la suma de un millón 304 mil 637 pesos. En tanto que al Centro de las Artes se le entregaron dos partidas, una por 306 mil 680 pesos y otra de un millón 238,945 pesos sumando un total de 2 millones 850,262 pesos, cantidad que no ha sido del todo comprobada y si ya fue así, no se han rendido cuentas públicamente. Es importante señalarlo ya que Sancinema obtuvo los recursos desde una instancia pública, sujeta a transparencia, como lo es la Secretaría de Cultura y si bien fue dada de baja la organización, deben darse a conocer el informe que debió entregar.
Por lo que respecta al Centro de las Artes, ya bajo la gestión de Eudoro Fonseca Yerenas, al eludir hacer frente a los requerimientos de información, éstos se han subsanado a través de la Cineteca Alameda. Es así como nos enteramos que Eva Sangiorgi obtuvo un pago de 277 mil 470 pesos, más 63 mil pesos por concepto de 18 vuelos para efecto de sus traslados. Por su lado, Carlos Sosa Ortiz recibió 222 mil 600 pesos, más 24 mil 360 pesos de “donativo” para La Casa del Cine. Bien ¿y los detalles contables de estos recursos? Seguimos esperando las cuentas claras.
Si se intentara resumir la historia por la que ha atravesado el FICSLP durante el ya próximo a culminar sexenio de Juan Manuel Carreras López (el cambio es el 25 de septiembre) estamos ante un desafortunado ejercicio de la función pública en lo que respecta a una política cultural de aliento a la industria cinematográfica del estado. También son claras las evidencias de la colusión y del engaño cometido por los servidores públicos en ejercicio, Armando Herrera Silva y Eudoro Fonseca Yerenas, así como en su momento de Laura Elena González, entre otros.
La dirección del festival considera que los ciudadanos y los cineastas han sido objeto de una serie de burlas en detrimento del FICSLP, el cual, con sus muchos aciertos, ha mostrado ser un instrumento eficaz para estimular el fenómeno cinematográfico potosino. Para nosotros, la mayor expresión de todo este trayecto narrado es el plagio de la marca que se ha venido dirimiendo en las instancias legales correspondientes. En consecuencia, el 30 de abril pasado, el Octavo Tribunal Colegiado Colegiado en Materia Administrativa de la Ciudad de México termina por darnos la razón, demostrando que el Centro de las Artes y todas las instituciones relacionadas, así como sus representantes, plagiaron el nombre de nuestro evento. La indemnización que se pide es del 40% de lo obtenido para la organización de la “Fiesta Internacional de Cine en San Luis Potosí”, siendo el punto de referencia el patrocinio de Banorte.
El Festival Internacional de Cine de San Luis Potosí está por celebrar su novena edición en noviembre próximo, siguiendo con sus objetivos e ideales, con accesos gratuitos, ofreciendo una parte de nuestro estado al mundo, premiando a los más destacados, con su impulso a los cineastas locales, buscando ser los mejores anfitriones, dando orientación a quienes tienen la inquietud de contar historias o verlas realizadas, de la mano de los más grandes, de los que nunca se cansan y doblan sus responsabilidades para que todos los años sin falta, la gente creativa, la gente apasionada y los dueños del futuro audiovisual, tengan siempre una plataforma sin importar el gobierno que se encuentre en gestión, el gobierno que los limita, el gobierno que los olvida.
Cronología de los hechos
-El 13 de febrero de 2018 se presenta ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial la solicitud de infracción (demanda) en contra del Centro de las Artes por plagio de marca.
-El 31 de enero de 2019 el IMPI niega la infracción considerando que no hay similitud en las marcas.
-En el mes de abril de 2019 se presentó la demanda de nulidad contra el IMPI y su sentencia, ante la Sala Especializada en Propiedad Intelectual del Tribunal de Justicia Administrativa.
-El 30 de octubre de 2019 la Sala Especializada anula la sentencia del IMPI, declarando que el Centro de las Artes sí plagió la marca.
-En enero de 2020 el Centro de las Artes y el IMPI solicitan un amparo en contra de la nulidad de la Sala Especializada.
-El 11 de noviembre de 2020 el Décimo Octavo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa de la Ciudad de México, niega el amparo y desecha el recurso del IMPI por improcedente.
-En marzo de 2021 se solicita la emisión de la sentencia definitiva y se avise al IMPI.
-El 30 de abril de 2021 se declara firme la resolución del 30 de octubre 2019, reafirmando así que el Centro de las Artes plagió la marca Festival Internacional de Cine en San Luis Potosí.
Hafid Soto Sánchez
Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, litigante desde el año 2007 en diferentes ramas del derecho, con más de seis años de experiencia en la materia de Propiedad Intelectual. Se desempeñó como abogado externo, de 2013 a 2016, de la Bussiness Software Alliance (BSA) empresa internacional enfocada en la antipiratería de software (Microsoft, Adobe, Siemens, Autodesk, etc.). Actualmente es apoderado de un aproximado de 120 marcas, así como representante en más de 100 registros de obras de Derecho de Autor. Fundador y Director General de Intelegal Abogados. Cuenta con cursos y diplomados en Derecho Privado y Público, Amparo, y Propiedad Industrial y Derechos de Autor.