Cuando se lleva a cabo un proyecto artístico o cultural, o se opera un taller editorial, textil o artesanal, por citar algunos ejemplos, ¿qué se hace con lo que queda después de cubrir el pago a los trabajadores y de reponer la inversión? Ese recurso se utiliza para pagar al dueño del local, es decir, cubrir la renta de lo que puede ser un teatro, una bodega, un taller o un espacio con aparadores; los préstamos; los impuestos, que en ocasiones se compensan con apoyos gubernamentales que respaldaron el proyecto, y lo que queda son las utilidades.
Pues todos esos elementos son los que conforman el Excedente de Operación: renta, intereses, impuestos menos subsidios y utilidades. Si a eso le suman el Consumo de Capital Fijo y los salarios obtenemos el Valor Agregado Bruto, que es lo mismo que el Producto Interno Bruto.
La gráfica de esta semana, la número 13 de 15, gracias a la colaboración del INEGI con Paso Libre, nos muestra la participación relativa del Excedente de Operación en el Valor Agregado Bruto, clasificada de acuerdo a las diversas disciplinas artísticas y culturales.
Lo primero que destaca es la elevada proporción de esta variable en el caso de las artes escénicas, casi 87%, lo cual se explica porque se trata de proyectos de corto plazo en los que es necesario reponer lo invertido dentro de un número limitado de funciones. Estas disciplinas junto con los medios audiovisuales, 83.5%, se sitúan por arriba de la media del sector cultural, que es de 79%.
Por debajo de dicha media se ubican las Artesanías, 77.3%; las Artes Visuales y Plásticas, 73.4%; el Diseño, 70.6%; la Industria Editorial, 50.0%; la Formación y Difusión en escuelas, 17.3%, y el Patrimonio con 15.6%.
