Elegguá es una de las 7 Potencias de la religión yoruba o santería, como se le conoce en Cuba. Su nombre significa “el príncipe mensajero” y aunque es representado con la figura de un niño, es muy respetado y temido porque además de ser uno de los cuatro orishas guerreros, él abre o cierra los caminos de la vida.
En el catolicismo sincretiza con el Santo Niño de Atocha o San Antonio de Padua, como una forma que tuvieron los esclavos africanos para conservar sus antiguas creencias.
En las casas y negocios se le coloca junto a la puerta principal, como un protector. Y en los rituales, se le ofrecen juguetes, caramelos y golosinas, entre otra cosas. Sus colores son el rojo y el negro, que representan vida y muerte, principio y fin, guerra y paz.
El vendedor de ropa usada, que lo tiene como su guardián, me dijo que al tomarle esta foto también me llevaba su protección.
17 de septiembre, colonia Guerrero, Ciudad de México.
Juan Raúl Barreiro Isabel
Fotógrafo y periodista cultural egresado de la carrera de Comunicación en la UAM Xochimilco. También estudió cine en el CUEC y fotografía en el Centro de la Imagen, la Academia de San Carlos y en el Gimnasio de Arte y Cultura. Escribió varios años una columna sobre fotografía en el suplemento sábado del unomásuno y también publicó artículos en el El Búho de Excélsior, la sección cultural de Reforma y la revista Alquimia del INAH. Sus fotografías han sido publicadas en El Nacional, unomásuno, Excélsior, La Jornada, Tabasco Hoy, Cuartoscuro y en el libro Álbum de familia, de la División de Posgrado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas (2010). Ha sido profesor en universidades públicas y privadas, de 1987 a la fecha.