Hay muchas interrogantes que se plantean en torno a la actividad física y el deporte durante la actual pandemia del Covid-19. Muchas de ellas no son exclusivas de México, aunque sí debería ser motivo de un debate más activo el cual, lamentablemente, parece no estar ocurriendo. De los múltiples asuntos que en este momento podrían abordarse, quisiera centrar mi atención en la actitud del estado hacia la actividad física durante la crisis sanitaria que atravesamos.
Si para el mandatario Andrés Manuel López Obrador el coronavirus “le vino como anillo al dedo a México”, para quienes somos cercanos a temas relacionados a la actividad física como mecanismo para prevenir y mantener la salud de la población resulta todo lo contrario. Sabemos que el sedentarismo o inactividad física es el factor de riesgo más importante que conlleva a la obesidad (y sus consecuencias colaterales), y que ésta afecta al 58.3 por ciento de la población mexicana (datos de 2019 del ISSSTE). Entonces tenemos que la cuarentena que inició el 23 de marzo, al confinar en sus hogares a buena parte de la población mexicana, vino a complicar la lucha contra este problema de salud pública.
Tal situación puede generar un problema que, si no se comienza a plantear desde este momento, podría empeorar las cifras de sedentarismo en México y con ello las consabidas consecuencias relacionadas con las enfermedades no transmisibles. Al día de hoy, solo algunos medios impresos, como en línea han tratado el asunto, aunque lejos de una perspectiva de salud física y mental. Por el contrario, la mayor parte de las informaciones se han enfocado en la población físicamente activa (presumiblemente clases medias y altas) que, al encontrar cerrados sus espacios habituales para ejercitarse, hacen recomendaciones y dan tips sobre “cómo mantenerse en forma” desde casa.
Lo que sube… no baja
Desde las perspectivas institucionales, tampoco he encontrado documentación significativa que, desde la óptica de la prevención y la salud, llame a mantener las recomendaciones de la OMS para contrarrestar el sedentarismo. Hasta cierto punto esto es comprensible, ya que el desarrollo de toda actividad física, por lo general, implica al menos 1) Movilización, 2) Congregación en espacios abiertos o cerrados y 3) Exposición y contacto con objetos e instrumentos necesarios para realizar ejercicios, elementos que durante esta contingencia deben ser evitados al máximo.
Sin embargo, esto no exime a las autoridades federales, estatales y municipales a hacer llamados sensatos y consistentes con la necesidad de mantener la salud física y mental de la población aún en condiciones de encierro. De momento poco o nada se ha dicho al respecto y las escasas menciones han tenido poco eco en los medios de comunicación.
Así, por ejemplo, la Representación de la ONU en México ha señalado que, a pesar de la cuarentena, es importante procurar cumplir con 30 minutos de actividad física en el caso de los adultos y de una hora para los niños, como puede ser caminar o correr guardando la sana distancia. Si se tiene la disposición por parte de las autoridades locales o nacionales de no hacer uso del espacio público, entonces hay que poner en práctica recursos para activarse en casa (ONU México, 21 de marzo de 2020). Lo anterior tendría que ser complementado con los dichos del decano de la Facultad de Ciencias de la Salud y el Deporte de la Universidad de Zaragoza, Germán Vicente Rodríguez, quien invita extenderlo a las personas mayores.
Empero, para las autoridades federales de México el tema hasta ahora resulta tangencial. En las conferencias vespertinas poco o nada han hablado sobre el asunto. La Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, se ha limitado a ofrecer rutinas en casa desde el micrositio titulado Actívate en Casa. Se podría esperar que la titular de la Comisión se presente en alguna conferencia de las tardes para ofrecer algún mensaje que muestre interés sobre el tema.
Tibieza o quizá desinterés, pueden ser las palabras que mejor definan la actitud del estado mexicano hacia la actividad física durante la actual contingencia sanitaria. Recordemos que en nuestro país, a diferencia de otras naciones del mundo, se estima una afectación de casos graves notablemente mayor a la media mundial (7 por ciento para México, siendo de un 4 por ciento para el resto del mundo) debido a los altos índices de obesidad y sobrepeso. Subrayo que no se pide que sea el tema prioritario de la agenda durante la crisis sanitaria. Se sugiere que se convierta en un motivo para ir encaminando un replanteamiento serio de las políticas públicas de actividad física en cuanto la situación se normalice.
Raúl Nivón-Ramírez
Raúl Nivón-Ramírez ofrece el dominio de un catálogo de capacidades vinculadas a la historia, sociología y política deportiva. Concibe y despliega cualquier investigación que se estreche a asuntos de orden público en el campo de la ciencia del deporte, particularmente en áreas de comunicación, legado y procesos de planeación de políticas de desarrollo. Diseña y organiza eventos académicos en torno a sus líneas de trabajo, además de crear las vinculaciones con intereses del sector cultural.