La propuesta presentada por el Senador Ricardo Monreal, del partido MORENA, con el objetivo de desaparecer el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE) y la Comisión Reguladora de Energía (CRE), para crear el Instituto Nacional de Mercados y Competencia para el Bienestar (INMECOB), desató en horas una enorme polémica.
Por lo que refiere a la industria cinematográfica mexicana y sus expresiones artísticas, la COFECE ha sido muy cara e ineficiente. Desde hace varios años, el cine nacional vive todos los días bajo una amenaza de daño serio que afecta al sector productivo al colocarlo al borde de la ruina por competencia ruinosa, debido a las prácticas monopólicas absolutas y relativas por parte de los grandes estudios cinematográficos norteamericanos afiliados a la Motion Pictures Asociation (MPA), que actúan en nuestro país como un cártel, mismas que deberían de haber sido corregidas y sancionadas, desde hace mas de diez años, por la COFECE.
Ante su inoperancia e inefectividad, los gobiernos mexicanos ha tenido que corregir, en el siglo XXI, las fallas del mercado a través del gasto, pero con la “nueva normalidad” post Covid-19, esta vía parece difícil de sostener y el futuro de nuestra expresión artística cinematográfica está en grave riesgo.
¿Desaparecer la Cofece?
En la actualidad, los grandes estudios cinematográficos norteamericanos afiliados a la MPA, dominan las salas de cine del país. A través de unos cuantos estrenos que se exhiben masivamente con miles de copias, saturan las pantallas y propician la quiebra de las películas nacionales que se atreven a competirles. Esto lo logran mediante prácticas que están sancionadas en la Ley Federal de Competencia Económica (LFCE) y la Ley Federal de Cinematografía (LFC), pero que la Presidenta de la COFECE, Alejandra Palacios, las incumple por omisión desde hace varios años. ¡Se le deberían de fincar sanciones y responsabilidades por el daño causado al cine mexicano!
Al negro presente del 2020, añádase el desolado panorama del 2019, donde 13 films estadounidenses se estrenaron multitudinariamente en todas las pantallas del país, es decir que cada mes acapararon mas de 5135 pantallas de las 7493 existentes, lo que representó el 68.53 por ciento en promedio. A esto, agréguese que otras 19 lo hicieron utilizando más del 40 por ciento, lo que equivale a un promedio de 3000 pantallas en promedio y otras 39 más usaron arriba del 30 por ciento, 2250 pantallas más. ¡Cada semana las grandes empresas extranjeras ahogaron a las cintas mexicanas, en especial a las independientes!
PANTALLAS UTILIZADAS POR ESTRENO 2010-2019
ESTRENOS DE PELÍCULAS MEXICANAS
POR NÚMERO COPIAS O PANTALLAS 2019
De las 101 cintas mexicanas estrenadas en el año, sólo un promedio de 46 películas alcanzaron a ser vistas en algunas ciudades de la república mexicana. Las 55 restantes se tuvieron que conformar con la ciudad de México y su área conurbada como único sitio de contacto con el público. ¡Qué desastre económico y cultural!
A esto agréguese que, dada la saturación de las pantallas con cine norteamericano, el 63 por ciento de las cintas mexicanas no alcanzan lanzamientos que superen las 50 pantallas y por lo tanto su distribución se vuele marginal y no alcanza a recuperar ni su costo de producción, ni la campaña de publicidad y propaganda, ya que no obtienen ni el 1 por ciento de los ingresos del mercado del cine. ¡Y la COFECE, es la única que no se entera, pero eso sí sus funcionarios cobran puntualmente cada quincena!
A manera de conclusión
Si la iniciativa Monrealista para crear el INMECOB prospera, esperemos que una de sus primeras acciones sea la de corregir este tipo de prácticas que hunden cotidianamente a los cineastas mexicanos independientes. Caso contrario, que la 4aT le exija a la señora Palacios que desquite su sueldo y corrija las fallas del mercado para sanear la cadena productiva cinematográfica nacional y volver más rentable a nuestro cine.
El futuro se ve negro: la próxima reducción de los estímulos cinematográficos debido a la crisis económica generada por el Covid-19 y una cadena productiva insana que favorece a las trasnacionales, el imaginario cinematográfico mexicano pasará a ser propiedad de nuestros socios comerciales y seguiremos educando a nuestros compatriotas con la forma de pensar de los estadounidenses. Malos vientos soplan para nuestro cine.
Víctor Ugalde
Víctor Ugalde es guionista, director e investigador de cine. Coautor en las obras Anuario de la exhibición en México (Filmoteca, UNAM, 1984); Bye, bye, Lumiere (UdeG, 1994), ¿Yankees, Welcome?; Industrias Culturales y TLC (RMALC,2000); TLC, la otra conquista?; y TLCAN/Cultura ¿Lubricante o engrudo? (UAM/UANL, 2015). Además ha publicado en las revistas Cámara de CANACINE (Primera época), Estudios cinematográficos (del CUEC), Dicine, El Universo del Búho y Revista Toma, entre otras. Ha escrito o dirigido más de diez películas como El extensionista (1989/35 mm.), ¿Me permites matarte? (1992/35 mm.), Hoy no circula (1993/35 mm.), La prima (2018/HD) entre otras. Actualmente es Presidente del Observatorio Público Cinematográfico “Rafael E. Portas”.