*Con motivo del estreno de la ópera Florencia en el Amazonas, de Daniel Catán, en el Palacio de Bellas Artes, reproducimos, con la debida citación, una crónica que nuestro colaborador Octavio Pineda publicó en su momento en el diario Reforma (24/feb/2003), época en la cual se desempeñaba como su corresponsal en Colombia.
LETICIA, Amazonas.- Rescatado del polvo y afinado por las manos expertas de Guillermo Acevedo, el único piano de la ciudad, un armatoste tipo cabaret de mitad de siglo, fue remolcado por media docena de hombres desde el Hotel Anaconda hasta la Media Concha del Parque Orellana, en el corazón de Leticia.
La imagen trajo a la mente del Alcalde, Juan Carlos Velázquez, el esfuerzo descomunal que significó para Fitzcarraldo (Werner Herzog, 1982) remolcar montaña arriba y cuesta abajo un enorme bote de vapor para navegar en las aguas del río Uyacali, en plena selva del Amazonas.
El protagonista del filme de Herzog perseguía un sueño: construir una ópera en Iquitos, Perú, y llevar al cantante italiano Enrico Caruso a la inauguración. Pero para reunir el dinero necesario debía recurrir al próspero negocio del caucho en tierras inhóspitas y casi inaccesibles, plagadas de indios jíbaros reductores de cabezas.
“Cuando me dijeron que traerían la ópera a Leticia me pareció una locura, como la de Fitzcarraldo, pero de esas agradables”, admitió el Alcalde, quien se refería a la obra Florencia en el Amazonas, del compositor mexicano Daniel Catán.
En un escenario abierto, el sueño de la ópera tomó forma el pasado jueves. Era la primera vez que el “bel canto” llegaba a esta ciudad colombiana de 35 mil habitantes, ubicada sobre la ribera del río Amazonas, en el vértice que forman las fronteras de Colombia, Perú y Brasil.
Organizada por la Embajada de México en Colombia, el Ministerio de Cultura colombiano, el Convenio Andrés Bello y empresas de capital mexicano, la puesta en escena materializó además el sueño de la soprano mexicana Encarnación Vázquez, en el protagónico de Florencia Grimaldi, de “vivir la ópera en su escenario natural”, según sus propias palabras.
La obra narra la historia de una cantante de ópera que se embarca en un viaje en bote de vapor por el río Amazonas en busca de su amado Cristóbal, a quien conoció 20 años atrás, pero una epidemia de cólera les impide el reencuentro.
En la interpretación de las seis arias seleccionadas por el propio Catán, Vázquez estuvo acompañada de la mezzosoprano Adriana Montaña y del barítono Camilo Mendoza, ambos colombianos. Los acordes del piano corrieron a cargo de la colombiana de origen japonés Marjorie Tanaka.
Minutos antes, durante la donación de un lote de libros a la biblioteca de la ciudad, el Gobierno colombiano agradeció a México el esfuerzo por contribuir al desarrollo de regiones y ciudades colombianas de gran potencial turístico, cultural y económico. Leticia, con una biblioteca de 25 mil ejemplares administrada por el Banco de la República, es la ciudad de Colombia con el mayor número de libros por número de habitantes.
“Ya quisiéramos tener un Banco Central dedicado con tal ímpetu a la cultura, que también enriquezca el espíritu y no sólo las arcas de la nación”, admitió el Embajador mexicano, Luis Ortiz Monasterio, quien calificó a Leticia como “capital del libro en Colombia”.
Octavio Pineda
J. Octavio Pineda (Ciudad de México, 1972) es periodista, escritor y traductor, sus tres principales y más gozosos oficios. Formado como ingeniero industrial, muy pronto se dejó seducir por el canto de sirenas de la literatura, que lo mantiene embelesado.
Ejerce el periodismo desde 1998. Desde 2002 reside en Bogotá, Colombia, donde se ha desempeñado como corresponsal o colaborador de medios mexicanos como el diario Reforma o la revista cultural y literaria Letras Libres, además de escribir también para algunos medios o blogs colombianos, sobre todo en temas ambientales y de desarrollo sostenible.
Ha publicado cuatro libros de cuentos: Corte de cuentas, 2009; Ay amor, ya no me quieras tanto, 2016; La tercera raíz y otros cuentos, 2017, y El libro de los viejos oficios, 2018, así como el poemario Animal SOS Animal en 2020.
Y el canto de las sirenas de la literatura, para su propio regocijo, sigue sin soltarlo. (octaviopineda.com)