Con ironía, sarcasmo, usando palabras fuertes y altisonantes, Panocha Chichimeka usurpa lugares comunes del discurso machista para hablar de la violencia contra la mujer, pero sin reducirla a ser una víctima más.
Su referente es María Galindo, artista visual y líder del colectivo Mujeres creando, de Bolivia: “A ella no le interesa mostrar a la mujer que acaba de ser víctima de femicidio o violentada, o en el momento que la mataron, sino recordarla mejor en lo que estaba haciendo un día antes… divorciándose o graduándose”.
Frente a la normalización de la violencia por parte del poder dominante (político y económico), Panocha Chichimeka realiza su arte acción para romper esa inercia, apropiándose del rap como un medio o instrumento, no como un fin en sí mismo.
“Mi trabajo es usurpar, porque considero el rap como una práctica de hombres que violenta a las mujeres y a mí me gusta meterme en esos lugares que no me corresponden, por decirlo de alguna forma, o sea, usurpar ese espacio de poder que tiene mucho impacto, rompiendo el discurso de machismo…
“Es agarrar ese cinismo, esa seguridad que les da el privilegio, pero en lugar de hablar desde el privilegio lo hago desde lo marginal, desde el no privilegio, porque a nosotras nos están matando y eso no es ningún privilegio”.
En un principio la artista regiomontana estudió teatro, pero encontró en el performance una mejor forma de expresión, trabajando desde su propia biografía, logrando combinar sus problemas emocionales con las situaciones políticas que le importan.
Mi pinche panochón fue el primer tema que presentó en la azotea del edificio que alberga a la Galería Unión, como parte de las actividades paralelas de la exposición “Del barrio, lógicas maricas”, curada por Perras de museo.
Sobre esta canción y los nombres que usa (Panocha Chichimeka, Panocha Vengativa y Vagina Venenosa), explicó que busca irrumpir el imaginario masculino que le da a la palabra panocha un connotación sexual, para excitación y placer exclusivo de los hombres.
También cuenta que en Monterrey se les dice a los hombres, cuando son chismosos o no se lían a golpes, “no seas panochón o pinché panochón”, como una forma peyorativa de feminizarlo, de insultarlo.
“Para mí era importante recuperar esa palabra, que forma parte de mi corporalidad, para darle un sentido más violento, que te haga ruido, que te interpele”.
Los otros temas que presentó, con la activa participación del público en algunos casos, fueron: Léeme la mierda, Como la flor, Ahí viene la regla, En tiempos de Covid, Al estilo Sasha Grey, Mammóna y Mi cumbia del aborto (ver video).
“De lo que se trata es tocar y darle la vuelta, en mis letras, a esa hostilidad y peligro que tenemos que habitar por el simple hecho de ser mujer”, concluye la bella y dura regia.
10 de julio de 2021, La Lagunilla, Ciudad de México.
Juan Raúl Barreiro Isabel
Fotógrafo y periodista cultural egresado de la carrera de Comunicación en la UAM Xochimilco. También estudió cine en el CUEC y fotografía en el Centro de la Imagen, la Academia de San Carlos y en el Gimnasio de Arte y Cultura. Escribió varios años una columna sobre fotografía en el suplemento sábado del unomásuno y también publicó artículos en el El Búho de Excélsior, la sección cultural de Reforma y la revista Alquimia del INAH. Sus fotografías han sido publicadas en El Nacional, unomásuno, Excélsior, La Jornada, Tabasco Hoy, Cuartoscuro y en el libro Álbum de familia, de la División de Posgrado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas (2010). Ha sido profesor en universidades públicas y privadas, de 1987 a la fecha.