Cuando llegué a Los Ángeles hace un lustro conocí al maestro Estanislao Maqueos, egresado justamente del CIS y alumno de Ismael. Estanislao dirige la Banda Filarmónica Maqueos Music desde el 2006, una iniciativa de capacitación musical no muy distinta a las del Cecam y el CIS. Fue sorprendente ver cómo revivía en la academia de Maqueos aquello que muchas veces atestigüé en Oaxaca. Escuchar a niñas y niños entonar el Dios nunca muere o La Sandunga fue una analogía que me remontó a otro espacio y otro tiempo, pero con el mismo sentido de identidad.
En Los Ángeles hay cerca de 20 bandas de viento infantiles y juveniles que mantienen el espíritu y la eficacia de sus pares de Oaxaca. Jovencitos a los que por momentos les cuesta trabajo hablar en español, pero que expresan su identidad a través de la música de sus pueblos. Es una manera de afianzar su origen y estar vinculados a su matria. La mayoría nació de este lado y no conoce a sus abuelos. No obstante, todas las tardes al salir de la escuela honran sus raíces tocando con entusiasmo los instrumentos de viento y las percusiones depositados para ellos en la academia.
San Andrés Solaga se encuentra a unos kilómetros de San Bartolomé Zoogocho, en la misma zona zapoteca. Me imagino a Estanislao caminando desde su pueblo para formarse como instructor de música de bandas, pues el CIS es reconocido precisamente por eso, por educar a maestros que regresan a sus comunidades para preservar la enseñanza en las bandas de viento.
Estanislao volvió a Solaga y dirigió la banda, vivía cerca de sus padres y formó un hogar. Las carencias, como en el caso de miles de paisanos, fueron determinantes para que tomara la decisión de emigrar. Cuenta que no pudo viajar con su trompeta, pero llevó su boquilla como “talismán y amiga insuperable”, con el anhelo de que en California pudiera seguir tocando, pero la realidad se impuso y tuvo que pagar el derecho de piso por su estancia. Se vio inmerso en jornadas laborales eternas en una lavandería industrial, luego limpiando carros y, así, hasta que obtuvo un trabajo en el que gozaba de un poco de tiempo que dedicó a construir su sueño de enseñar música.
Si bien en Los Ángeles han existido desde hace años bandas de viento oaxaqueñas, estas han estado integradas por músicos migrantes que se reúnen solo en ocasiones, precisamente para participar en las celebraciones, tal como lo hacían en sus comunidades antes de migrar. Maqueos fue pionero al ver la oportunidad de preservar esa tradición a través de la formación musical de las segundas generaciones. ¡Y vaya que lo ha logrado! “Estos muchachos —dice—, cuando tocan un jarabe o un son, es como si se estuvieran descubriendo a sí mismos; no necesitan las palabras, sino con armonía, emoción y sentimiento van reafirmando su identidad”.
El maestro ha luchado en la batalla por la dignidad de su cultura; comenta que antes se les conocía como los “oaxaquitas” y se avergonzaban por eso. “Pero ahora todo el mundo quiere ser de Oaxaca, por sus niños que tocan y bailan, por su pintura y artesanías, por su gastronomía; es el resultado del trabajo de los padres de familia que llevan a sus hijos a ensayar música, a practicar basquetbol, a las clases de danza regional”.
La banda participa ahora en foros no solo hispanos, sino en fiestas y festivales anglos y de las distintas minorías que habitan esta urbe multicultural; su repertorio se ha ampliado y abarca desde lo tradicional hasta lo clásico y lo pop. También incluye en sus filas a los hijos de oriundos de otros estados e incluso de países como Honduras y El Salvador.
Estanislao es un hombre dichoso. Su iniciativa de vida, la Banda Filarmónica Maqueos Music, forma parte ya del paisaje de Los Ángeles. Y sus integrantes, con la frente en alto, pasean con sus padres por las calles interminables de la ciudad.
16 de julio de 2019.
Andrés Webster Henestrosa
Andrés Webster Henestrosa es Licenciado en Derecho por la UNAM con maestrías en Políticas Públicas y en Administración de Instituciones Culturales por Carnegie Mellon University. Es candidato a doctor en Estudios Humanísticos por el ITESM–CCM, donde también ha sido docente de las materias Sociedad y Desarrollo en México y El Patrimonio cultural y sus instituciones. Fue analista en la División de Estudios Económicos y Sociales de Banamex. Trabajó en Fundación Azteca y fue Secretario de Cultura de Oaxaca. Como Agregado Cultural del Consulado General de México en Los Ángeles creó y dirigió el Centro Cultural y Cinematográfico México.