Ojos que no ven, pero corazón que sí siente

Juan Raúl Barreiro Isabel/2020

A unas cuadras del Reloj Monumental de Pachuca, el señor Alfredo pide limosna para sobrevivir y no ser una carga para su familia. Todos los días, con apoyo de alguna de sus hijas, viaja desde Huehuetla, un pueblo que está a tres horas de la capital hidalguense.

Ciego desde hace mucho tiempo, él prefiere ayudar de esta forma y no sentirse inútil en su casa, como un bulto más. Para su fortuna, nunca se queda con las manos vacías o sin un alimento que le regalen.

 

02 de agosto, Pachuca, Hidalgo.

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