Paradojas deportivas de la 4T

Las integrantes del equipo de México de natación artística durante los Juegos Panamericanos. (Foto: Héctor Vivas / News Service Lima 2019).

Homo Ludens

Paradojas deportivas de la 4T

Raúl Nivón-Ramírez

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Los atletas mexicanos que participaron en los recientes Juegos Panamericanos de Lima 2019 trajeron consigo una cosecha extraordinaria de 136 preseas en total. Con 37 medallas doradas, 36 plateadas y 63 bronces México logró su segundo mejor desempeño en la historia de la justa (el mejor se dio en Guadalajara en 2011 con una combinación 42-41-50). Aún más: se logró acceder al tercer puesto en el medallero, superando a Canadá, Cuba, Argentina y Colombia, algo que no ocurría desde la edición de 1951 (Ciudad de México).

Desde el punto de vista deportivo y social el éxito del país es incuestionable. Paradójicamente, desde la perspectiva del gobierno el resultado terminó convirtiéndose en un problema para la Cuarta Transformación. Revisemos lo ocurrido.

A pocos días de la inauguración de los Juegos Panamericanos de Lima, la previsión de Ana Gabriela Guevara, la titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) sobre el desempeño de la delegación mexicana en Lima era de 19 medallas de oro, tres menos que las obtenidas en Toronto 2015. Si bien este tipo de predicciones surgen de análisis técnicos y números comparativos de otras ediciones, es de suponer que el pesimismo se basó en dos elementos: 1) el presupuesto asignado a la Conade de 2 mil 631 millones de pesos, 697 millones menos que el asignado en 2015[1]; y 2) La reducción de los montos en becas y viáticos para atletas de alto rendimiento bajo el argumento de la detección de “inconsistencias de deportistas que ya no están activos o que no cumplen con los resultados que la normatividad indica”[2]. A lo anterior se sumó la falta de entusiasmo por parte del ejecutivo, por lo menos hasta la fecha en que se superó la marca estimada (4 de agosto).

Sucedió además que en la medida que los atletas aumentaban la cosecha de preseas doradas, crecía el morbo por ver la reacción del gobierno. Las inevitables apariciones de la titular de la Conade con los deportistas laureados (recordemos que México obtuvo por lo menos un metal dorado en cada día de competencia) fueron interpretadas por gran parte de la prensa y la opinión pública como una intención de adjudicar las medallas a la Cuarta Transformación.

Entre las voces más críticas estaban las que señalaban que “a pesar del poco apoyo del gobierno se logró un gran resultado”. Sin embargo, esta afirmación resulta ser otra paradoja en este complejo entramado deportivo: ¿Cómo se explica el éxito en Lima ante un presupuesto disminuido?

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Para responder a la pregunta anterior habría que partir de los supuestos discutidos ampliamente por los especialistas:

  1. La medición socialmente más aceptada del éxito deportivo de un Estado se centra en los medalleros de las justas regionales, continentales y mundiales (Halsey, 2009)[1].
  2. Hay una relación directa entre el éxito deportivo con el Producto Interno Bruto. En otras palabras, un país con recursos tiende a observar mejores resultados deportivos (Mijatovic, 2016 y de Boscher, 2008)[2].
  3. Una mayor inversión en el deporte de alto rendimiento (público o privado) se traduce en mejores resultados deportivos (Irúrtia e Iglesias, 2009)[3].

A partir de estos hechos, pareciera que no hay una explicación inmediata de la realidad deportiva de México. En primer lugar, si bien México ocupaba en 2018 el puesto número 15 en las economías del mundo[4], su realidad traducida en medallas olímpicas lo coloca en el lugar 61 (Río de Janeiro 2016) por debajo de naciones como Cuba (18 en el medallero; 65 en el PIB)[5] y Bahamas (51 en el medallero; 135 en el PIB)[6]. Este dato resulta aún más dramático si se toma en cuenta la proporción de medallas obtenidas con respecto a la población de cada país.

Por su parte, atendiendo a los presupuestos de Conade destinados entre 2000 y 2019, los resultados se muestran erráticos cuando se analizan los tres ciclos competitivos (Juegos Olímpicos, Juegos Panamericanos y Juegos Centroamericanos).

Como se observa en la Tabla 1, el número de medallas y puntos obtenidos en los ciclos de Atenas (2001-2004) y Beijing (2005-2008), con el aumento de presupuesto de 694.8 millones de pesos entre ambos ciclos, parece haberse traducido en un incremento en el puntaje de medallas (oro=3p; plata=2p; bronce=1p); no así en el número total de medallas obtenidas. El crecimiento deportivo entre ambos ciclos fue moderado como también lo fue el resultado en medallas, en apariencia.

Tabla 1: Análisis de presupuesto/medallas obtenidas en los ciclos olímpicos 2001-2016

Por el contrario, los ciclos de Londres (2009-2012) y Río de Janeiro (2013-2016) presentan un aumento considerable de más del triple del presupuesto con respecto al ciclo de Beijing. El de Londres sí parece haber capitalizado la inversión del Estado al obtener ocho medallas totales y 12 puntos por un oro, tres platas y cuatro bronces. Sin embargo, el presupuesto sumado para el siguiente ciclo fue prácticamente el mismo, y los resultados volvieron a los parámetros de Atenas y Beijing.

Los Juegos Panamericanos se observan aún mas contrastantes. Entre el ciclo de Río y los Juegos de Guadalajara en 2011, el presupuesto aumentó hasta cuatro veces (Tabla 2). No hay que perder de vista que este incremento se explica por el compromiso de la organización de los juegos en la capital jalisciense. Los resultados deportivos mostraron un aumento significativo tanto en la obtención de medallas como en el puntaje por medallas.

No obstante, el ciclo de Toronto presenta el mayor presupuesto asignado, poco más de 6 mil millones de pesos más que el ciclo 2008-2011, pero con una obtención de resultados que se asemeja más a lo obtenido en Río con casi 4 mil millones de pesos. El ciclo de Lima observa un presupuesto considerablemente menor a Guadalajara y Toronto, con los ya mencionados logros que superan, en número de medallas a Guadalajara 2011 aunque con 12 puntos menos.

Tabla 2: Análisis de presupuesto/medallas obtenidas en los ciclos panamericanos  2004-2019

Finalmente, los Juegos Centroamericanos se muestran aún mas desconcertantes en cuanto a la relación del presupuesto de la Conade con los resultados. El ciclo de los Juegos Organizados en Veracruz muestran un presupuesto considerablemente mayor a los otros tres, pero con resultados que, si bien superan lo hecho en Cartagena (2006), se quedan muy cortos con Mayagüez (2010) y Barranquilla (2018) tomando en cuenta además que México era el organizador (Tabla 3).

Tabla 3: Análisis de presupuesto/medallas obtenidas en los ciclos centroamericanos 2003-2018

De esta manera volvemos a la pregunta inicial: ¿Cómo se explica el éxito en Lima ante un presupuesto disminuido?

(Continuará…)

23 de agosto de 2019.

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