Presentación
Acudimos al primer lustro de promover con el invaluable apoyo del INEGI y con el acompañamiento de la UACM, la importancia de la Cuenta Satélite de la Cultura en el desarrollo del sector cultural del país. Justamente en 2024 la Cuenta celebró una década de haber nacido, todo un trayecto del cual el GRECU ha sido parte, con un entusiasmo y persistencia sin par en el escenario nacional.
La Jornada Nacional arrancó en el pandémico 2020. El paquete de gráficas que hacen accesible los contenidos más elementales de la Cuenta, en el año 2021, con información disponible al año 2019. La actualización ocurre cada mes de noviembre, fecha en la que INEGI lanza el comunicado correspondiente.
Los tres paquetes que anteceden esta entrega los hemos ilustrado al lado de Antonio Mier Hughes, y con la participación en el análisis de alguna de las gráficas, de Marissa Reyes Godínez, académica de la UACM y coordinadora del Foro de Economía y Cultura. Este cúmulo de información es consultable en Paso libre.
Para esta cuarta ocasión, alcanzamos el número de 24 gráficas y tablas sobre la Cuenta. Dados los antecedentes, se decidió ofrecer el conjunto con estas palabras y las de Antonio Mier Hughes, con el propósito de brindar un abordaje diferente a través de grandes trazos orientadores. Dejamos así con mayores libertades la contundencia del contenido, seguros de que quienes acudan a esta fuente podrán acogerser al valor, al análisis y a la proyección de sus pareceres según la inclinación y la factibilidad de empleo en las tareas que cada actor despliega en el sector cultural.
Vistazos como señales
Lo acontecido en las actualizaciones de los años 2022 y 2023, se constituye en referente histórico. Vale tenerlo presente en tanto la apropiación de los reportes anuales de la Cuenta se convierten en moneda de uso corriente. Señalemos lo que valida tal afirmación.
Por principio, hubo cambio de año base en el Sistema de Cuentas Nacionales, del 2013 al 2018. Esto significa que todos los números de la economía nacional y las maneras metodológicas de asumirlos, cambiaron. Por lo mismo, se hizo la relectura de la estadística cultural. Quedó de manifiesto justamente a partir del año 2022. Por ello lo que ahora podemos ver corresponde al segundo año una vez recorrido el año base.
Luego tenemos que, en una sola exhibición, diremos de golpe, el INEGI puso al día la Cuenta Satélite de la Cultura, al tiempo de entregar nuevas categorías. Es decir, novedosos componentes que, de manera extraordinaria, multiplicaron el horizonte de estudio del sector cultural. Mucho de ello podremos advertir en la siempre lúcida narrativa del economista Mier Hughes. Por nuestra parte agregamos que, con tantos hallazgos, de los cuales la Jornada Nacional es depositaria de un segmento sustancial, más la disponibilidad que se obsequia en el nicho específico del instituto (ver https://www.inegi.org.mx/temas/cultura/) estamos ante la enorme responsabilidad de acelerar la edificación de un sector cultural más próspero.
No en vano la serie fue concebida, desde la primera entrega en 2021, con un trazo pedagógico. Al grano para resolver la comprensión básica, elemental del vasto universo de la economía cultural. La secuencia establece una forma de lectura accesible, a fin de que podamos hacer propios los datos, las cifras, los alcances que tiene la vida cultural de México en su desarrollo económico.
Otra consecuencia tiene que ver con lo inquietante del abanico desplegado. Aunque tengamos una línea argumental, nadie puede ser ajeno, si de pertenecer al sector cultural se trata, de desarmar las varillas para ponerlas según el descarte que
convenga más. Si el gran escenario del PIB da para titulares en la prensa, en las redes y para conversaciones agitadas por alegrías y por pesimismos, los miles de millones de gasto público registrados a nivel federal y estatal derriban mitos y dan remedios a la ignorancia.
En otra mirada al paisaje que se abre en las varillas, los valores de las importaciones y de las exportaciones remite a incógnitas que desvelan, como el indagar dichas cifras entre países, o bien, ante los socios de un tratado comercial. Poder relacionar los
Puestos de Trabajo Ocupados (PTO) del sector con lo que les corresponde según las áreas generales, tira a los abismos de la integración laboral de una nación que se ostenta sobrada de cultura. Más filigrana nos entrega el poder conocer, a partir de la
actualización del 2022, el peso particular de los contenidos digitales y la internet, del patrimonio cultural y natural, desagregaciones que se admiran como lastiman. En efecto, los números tienen su magia y su crueldad.
Lo anterior cobra mayor calado, cuando se accede a las radiografías por entidad federativa. Nosotros mostramos los números redondos, los de la punta del iceberg, el PIB. Al interior de la Cuenta, la frialdad es rotunda. Sumergirse en ella es vital. Estamos convencidos que este lujo de detalles en cada estado del país, constituye la más extraordinaria aportación del INEGI con motivo del cambio de año base y del avance del equipo de trabajo de la Cuenta para ampliar horizontes de desarrollo.
La Jornada Nacional de la Cuenta Satélite de la Cultura fue concebida para estimular el conocimiento y la curiosidad, la aplicación de sus resultados y la creencia en un sistema de valores. Es apenas un lustro de lo será una larga tarea, siempre luchando por ser inmune al desaliento. Es un empeño en muchos sentidos solitario. Tras los grandes reflectores de cada noviembre, vienen después meses de sombras y de escasos registros mediáticos basados en la efectividad de la estadística.
Llegará el día en que todo este caudal se convierta en aguas navegables para cualquier marinero del sector cultural. Para ese entonces ojalá seamos recordados como fervientes tercos en la edificación del sector cultural.
