Con el documental Fraude: México 2006 del cineasta Luis Mandoki arrancó el programa que Cine en la Ciudad que recorrerá once sedes en un proyecto de la Secretaría de Cultura capitalina, a través del Fideicomiso para la Promoción y Desarrollo del Cine Mexicano en la Ciudad de México (PROCINE).
La idea es buena, el arranque no
Fraude es un trabajo a modo para quien es hoy presidente y para nadie es un secreto que Mandoki se convirtió en defensor de AMLO; incluso, el cineasta fue una de las propuesta de Andrés Manuel para la Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC) pero no se concretó.
Comenzar con una película de propaganda, un ciclo de cine mexicano que debería impulsar a cineastas jóvenes y reconocer a grandes directores del país, por ejemplo, Felipe Cazals (QEPD) es una pésima idea.
Por eso de inmediato se dieron críticas hacia la decisión de PROCINE de iniciar el ciclo Cine en la Ciudad con una película que favorece el eterno discurso del actual mandatario mexicano: “Nos robaron”.
Para la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum no es propaganda, sino recordar “la historia de México y de nuestro movimiento, en particular esta terrible historia que vivió nuestro país”, le dijo a La Jornada.
Pero Cine en la Ciudad es un proyecto que tiene como fin impulsar la exhibición de la cinematografía nacional, ayudar a la formación de público, así como dar cabida a la producción, la investigación y la profesionalización de la exhibición independiente, cosa que no se cumple al menos con la proyección de Fraude.
Recordemos que la cinta de Mandoki se estrenó en más de 200 salas a nivel comercial en 2007 con 9 millones de pesos recaudados en sus primeros días de exhibición y le fue muy bien.
Es más, actualmente se puede ver en YouTube y durante años ha sido parte de la propaganda del presidente, ahora, “legitimo”.
Según Sheinbaum, “se trata de hacer un cine debate y abrirse a nuevo público frente a películas que muchas veces están muy poco tiempo en cartelera o incluso no llegan a ella y que son producidas en el país o en la ciudad”.
No, Mandoki no cumple con dichas condiciones
¿Quién eligió las películas para el programa Cine en la Ciudad? Adivinó, se trata de Damián Alcázar y Epigmenio Ibarra, aliados del actual gobierno.
En la función, estuvo Mandoki y la diputada federal y activista Marisol Gasé, entre otros personajes del régimen.
Una alabanza para AMLO
Hace unos años platiqué con Lorenzo Hagerman, quien trabajó con el cineasta Luis Mandoki en el documental sobre el candidato Andrés Manuel López Obrador y documentó las elecciones presidenciales en 2006.
Me contó que a los pocos meses de echar andar el proyecto, Luis Mandoki comenzó a mostrarse partidista y el documental acabó siendo una alabanza a AMLO.
Lorenzo Hagerman se deslindó de Mandoki rechazando sus intenciones “publicitarias” y continuó por su cuenta con la idea original: documentar un momento histórico en México que terminó en la pieza titulada 0.56% ¿Qué le pasó a México?
El documental narra la historia de las elecciones en México del 2006 y de la batalla por el poder con López Obrador como protagonista.
Las imágenes abarcan desde el 2005 hasta que se proclamara como el Presidente legítimo de México.
0.56% es la supuesta diferencia porcentual que existió entre AMLO y el candidato panista Felipe Calderón. Así las cosas, entonces, también debería tener un lugar en Cine en la Ciudad.
Regresando a Fraude: México 2006 según datos, se verá hasta en Los Pinos… y en 10 espacios más: explanadas de alcaldías y PILARES, entre otros.
Cine en la Ciudad contempla para el 2022 exhibir 144 cintas, especialmente de producción nacional, a través de dos circuitos: El viaje de Teo, No callarán nuestras voces, Azules Turquesas, Relato de un dolor cotidiano, Viral y Sexo, pudor y lágrimas.
Durante el mes de diciembre, se podrán ver los filmes Silencios, La pasión según Berenice, El sueño de Mara’Akame, Navidad S.A. y Sopladora de hojas.
Ojalá que Cine en la Ciudad sea en verdad, una ventana para el cine mexicano independiente y sus creadores y o se utilice para adoctrinar al espectador, quien de por sí, cada vez está más lejos del cine nacional.
