Adiós al neoliberalismo. Urge

El dominio neoliberal dista de aflojar sus territorios, nos dice el michoacano Sergio Gómez Montero en su columna. Para el profesor, las distintas manifestaciones de este domingo 31 de mayo en contra del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, son una expresión de quienes buscan la permanencia de un modelo de desarrollo. (Foto: Caravana en CDMX/Andrea Murcia / Cuartoscuro).

Sergio Gómez Montero

Profesor jubilado de la UPN

 

Yo dije muerte para sentir la palabra muerte

y la muerte se me hizo esquiva

T. Boberg: “Poema”

 

La escritura periodística es una escritura de momentos, cuyos temas surgen y se van inopinadamente, por ello no requieren de una reflexión a mucha profundidad. Son un, poco, como el vuelo de una ave. La oportunidad y lo incisivo, aunque también lo certero, caracterizan a ese juicio. Ello me viene ahorita a la memoria, mientras escribo el domingo 31 de mayo en la mañana, por una idea que desde tiempo atrás me inquieta, que ronda desde tiempo atrás, también, varios discursos en México: declarar la muerte del neoliberalismo, cuando él, una y otra vez muestra que está vivito y coleando; haciendo rabietas, sí, pero dando de saltos cada vez que puede.

Así, por ejemplo, la semana pasada en dos ocasiones regurgitó el monstruo del neoliberalismo, primero en voz del Banco de México que con un muy marcado pesimismo recesionista para el desarrollo de la economía nacional (decrecimiento del 8.8 por ciento del PIB) anunciaba una recesión profunda. Y luego de eso, José Ángel Gurría, desde la OCDE, levantó la voz por los empresarios del país, a quienes el gobierno actual, malo que era él, se negaba a apoyarlos, lo que iba a provocar que México nunca creciera.

Pero no sólo eso, para este domingo salieron en diferentes ciudades del país, distintas minimanifestaciones de carros para protestar en contra de AMLO a quien acusan no sólo de no saber manejar la complicada situación sanitaria actual, sino de negarse a plegar a los dictados de los organismos financieros internacionales, quienes necios insisten en recetar a la Nación préstamos voraces para así impulsar el supuesto “crecimiento” capitalista que tanto favorecería al capitalismo mundial y sí, muy poco, a las grandes mayorías del país.

No hay duda, pues, el neoliberalismo vive y quiere pelea. De ninguna manera se dispone a morir. De maneras múltiples (a través de los medios, de las movilizaciones, de sus organismos internacionales) está dispuesto a dar la lucha, cobijado por esa equivocada versión de democracia, entendida como gobierno para todos, cuando democracia en sentido estricto es gobernar en beneficio de aquellos que creen en el gobierno democrático, que es siempre el gobierno de las mayorías que por algo ganan las elecciones, en los regímenes electorales. ¿O de qué trata: de entregarles en bandeja de plata el gobierno conquistado luego de engaños, fraudes y cochupos?

Fuerte trabajo político queda por delante, si en efecto, realmente, se quiere erradicar del país al neoliberalismo. Suponer que con lo hecho hasta hoy será suficiente para que ese mal capitalista quede erradicado, es de una inocencia infinita, pues eso, hasta hoy ni cosquillas le ha hecho al neoliberalismo, cuyo próximo golpe ya está en marcha y tiene que ver con lo que esperan suceda el próximo julio de 2021, para lo cual ya tienen todo un arsenal listo, de lo cual, hasta hoy, sólo hemos visto pequeñas, muy pequeñas muestras.

Si desde hoy no se quieren dar los primeros golpes está bien. Mas el principio es muy claro: el que pega primero pega más fuerte. Un principio esencial de la guerra, lo dice un batallador de siempre.

 

gomeboka@yahoo.com.mx

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