Seremos de los que se suman a los elogios por El irlandés, la película de Martin Scorsese en donde la fotografía corre a cargo del mexicano Rodrigo Prieto. Lo hacemos desde una modesta recomendación a los operadores del gobierno de la 4T. El creador de cintas que van por carriles históricos como Buenos muchachos (1990), Pandillas de Nueva York (2002) y El lobo de Wall Street (2013) les pone en bandeja de plata una oportunidad de leer el ADN estadounidense o, como bien dice el experto en mercadotecnia y medicina antropológica de origen francés avecindado en EU Clotaire Rapaille, el código cultural. Dicho de otra manera, a través de la trama de su reciente filme, Scorsese permite comprender por qué el mandatario Donald Trump —como no pocos de sus conciudadanos— es como es. Qué deseable sería que con estos relatos cinematográficos el gobierno mexicano argumentara de mejor manera su defensa (algún día será ofensiva inteligente) ante el vecino del norte. Que hagan una función en Los Pinos… con palomitas y petate.
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