“La cosa está muy triste en mi tierra, apenas hay para comer; por eso me vine para acá”, dice el señor Jaime, de 39 años, originario de Huajuapan de León, Oaxaca.

Dice que allá cultiva maíz sólo para consumo de su familia y teje sombreros de palma, que cobra a cinco pesos por pieza. Si le va bien, vende media docena al dia.

 

 

Ahora, en Semana Santa, aprovechó venir a la capital para probar suerte, con la danza de los chilolos.

Y aunque no trae la máscara ni el traje completo, se apoya con un tamborcito y una flauta de carrizo, para bailar en mercados y calles de la ciudad en los días de guardar.

Por cierto, en mixteco la danza de los chilolos se escribe “Lolo Nchicaa” y significa danza ritual del jaguar, una tradición que se conserva en muchos pueblos de Oaxaca.

1 de abril de 2021, barrio de Santa Julia, Ciudad de México.

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