Mi nombre es Arturo, vivo en un parque. Duermo en una cama rodeada de flores que parecen estrellas disparando pequeñas chispas de luz blanca. Uso unos cartones para protegerme del frío y en bolsas de plástico guardo lo necesario. De noche busco mi comida en los botes de un restaurante de carnitas. No entiendo por qué últimamente están vacíos. La otra cosa muy rara es que, en el día, las calles están vacías y todo cerrado. Hoy le pregunté a mi amigo el Ciego: “¿Sabes lo que está pasando? ¿Dónde están todos?” Él percibe muchas cosas y me contestó: “A saber. Tampoco entiendo. Lo que te puedo decir es que nunca en mi vida había sentido una Semana Santa semejante”. (Alexandra Domarchi).
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