Cuba: artistas sirven a la contrarrevolución

Hasta aquí (técnica mixta sobre papel, 2019), de Polo Castellanos. (Imagen proporcionada por el autor).

 

En medios como Televisa y Televisión Azteca los seudo periodistas de los noticieros se desgañitan en palabras y frases señalando al gobierno cubano elegido democráticamente como una “dictadura”, de “comunistas”, con “pobrecitos cubanos no tienen internet”, “los están matando de hambre”, convirtiéndose esos medios en cómplices de todo el aparato mediático financiado por Estados Unidos y respaldado por la gusanada regada en el mundo, en una campaña echada andar contra Cuba hace unos días.

De la misma manera lo hacen manipulando vídeos e imágenes de supuestas protestas masivas contra el régimen cubano, que no corresponden a la realidad y que al igual que en las redes sociales, las sacan de contexto. Por ejemplo, gente en las calles de Buenos Aires festejando el triunfo de la copa de futbol, marchas multitudinarias en Egipto como publicó Artículo 19 o simplemente las concentraciones del pueblo que respondió al llamado del presidente Díaz-Canel de salir a las calles a defender la revolución, haciéndolas parecer como las “grandes protestas”, “históricas” y “multitudinarias” cuando la realidad, porque las imágenes no mienten, se ven las pancartas que dicen claramente “Las calles son del pueblo revolucionario”.

En otras imágenes, donde incluso ondean banderas y cubrebocas con las barras y las estrellas gringas, ninguna supera las 400 personas en este “estallido social” de marionetas bien alimentadas y con el discurso de Miami “¡no hay luz! nos cortan el suministro, no hay medicinas, no hay comida, nos reprimen, no tenemos libertad”, sin explicar que la generación de energía esta rebasada por falta de insumos debido al bloqueo contra la isla. Por otro lado, que el suministro de vacunas se ha reducido pero que los hospitales y la atención médica no ha colapsado a diferencia de países como Estados Unidos, donde se registra el mayor número de contagios y muertos por Covid. Y encima no tienen el menor empacho en utilizar la pandemia como botín político contra Cuba con un bloqueo criminal, con el único objetivo de doblegar a un pueblo y volver a hacer nuevamente un garito a la Isla Mayor de las Antillas.

A esto hay que sumar la utilización de los artistas como instrumento de la contrarrevolución, así como para violar el derecho internacional de autodeterminación de los pueblos y la soberanía de Cuba, acción que resulta vulgar. Unos cuantos artistas que se victimizan escondidos en el derecho a la libertad de expresión, cuando no pocos tienen un historial y han sido detenidos por violar leyes y no precisamente por sus “creaciones”, como aquel que decidió ondear la bandera estadounidense en La Habana en un supuesto acto performático que, lejos de ser una obra artística, es una provocación y una ofensa al pueblo de Cuba que a derrotado a los gringos en reiteradas ocasiones.

Defensa permanente

Igual de lamentable es que artistas mexicanos y de otros países que se proponen como “defensores” de derechos y libertades, se presten de esbirros ideológicos para ser comparsas de la agresión contra el pueblo cubano y su soberanía. Muchos de ellos gusanos declarados, pero otros más movidos por su ignorancia y una posición de estrellitas mediáticas en su concepción burguesa de la “libertad” del sueño “americano”. Los mismos artistas que nunca vimos luchar por el derecho a la autodeterminación o la soberanía de los pueblos; que nunca vimos condenar el genocidio contra el pueblo de Palestina; que nunca vimos protestar por la masacre contra el pueblo colombiano, también auspiciada por los gringos y por supuesto no los hemos visto hasta el día de hoy, manifestarse contra el brutal bloqueo económico, comercial y financiero, origen de las carencias en la Isla.

A estos mercachifles que se piensan paridos por Dios les preocupa que no haya internet y les tiene sin cuidado que el sistema de salud cubano sea de los primeros en el mundo y que en el marco de la pandemia, les tengan bloqueada la adquisición de materias primas para la elaboración de vacunas anticovid con un 92% de efectividad y que han puesto al servicio del mundo de manera gratuita, así como los cientos de médicos cubanos que han apoyado en la pandemia a más de 50 países incluido México.

Pero no hay internet porque Estados Unidos tiene bloqueadas las señales a su antojo y desde hace años, así como impiden las transmisiones de la radio de onda corta a través de Radio Martí que opera desde Miami. Sin embargo, el internet funciona perfectamente al servicio de las redes sociales y plataformas como Twitter y de toda una estrategia, sobre todo estos últimos días y lanzada desde el exterior con el uso de robots, algoritmos y cuentas abiertas recientemente (muchas creadas entre el 10 y 11 de julio) en la mencionada plataforma como parte de la campaña de desestabilización de las marcas #SOSCuba, solicitando un “corredor humanitario” y Cuba decide.

Todo lo anterior muy al estilo del manual de guerra sicológica aplicado en distintas ocasiones a través del arte y la cultura como el fallido Venezuela aid live utilizado en la frontera colombiana con la intención de desestabilizar al régimen venezolano y buscar una mediación “humanitaria” cuyas consecuencias, como todas las intervenciones de ese tipo de Estados Unidos, pudo haber terminado en una masacre y con bases militares en el país bolivariano.

Según el portal Cubadebate, en la campaña se han implementado masivamente cuentas matrícula utilizadas, por ejemplo, en el golpe de estado en Bolivia. Detrás están operadores de conocidos grupos de ultraderecha como la Fundación Libertad y donde se señala como referente al argentino Agustín Antonetti, miembro de dicha organización y conocido no solo por los ataques contra Bolivia sino también contra el presidente de México.

Otro caso es el de la Fundación para la Democracia Panamericana con sede en Miami, financiada millonariamente por empresas estadounidenses anticomunistas, políticos, fanáticos religiosos y por la gusanada de EEUU. Una campaña, que al igual que las fundaciones es financiada por la USAID y el Departamento de Estado de Estados Unidos y grupos ultraderechistas responsables, por ejemplo, del atentado en 2020 a la embajada cubana en Washington, o los cientos de intentonas de invasión a la isla desde su fracaso en Playa Girón o los 638 intentos de asesinato contra Fidel Castro y otros tantos contra líderes cubanos. Y tampoco escuchamos a estos artistas manifestarse.

El día 23 de junio ¡187 países! le exigieron a Estados Unidos el cese al bloqueo en la Organización de Naciones Unidas, su cómplice el gobierno sionista de Israel, otro gobierno que sostiene un genocidio contra el pueblo palestino, fue su única comparsa. Diecisiete días después sin moral, sin escrúpulos, sin honor, la respuesta de EEUU ante los países del mundo es una campaña que no es más que otra canallada y un acto de cobardía sello característico del gobierno gringo.

Cuba tiene su problemática, sus bemoles como todo gobierno democrático, pero también tiene el derecho a decidir, a su autodeterminación y a su soberanía. Y el pueblo de Cuba no está solo, son millones de personas que defienden su soberanía y miles de artistas por todo el mundo que sin ser estrellitas coyunturales y mediáticas defienden y seguiremos defendiendo los principios internacionales de no intervención, soberanía y a nuestro hermano heroico pueblo cubano. Alto total al Bloqueo criminal es la voz de los pueblos de la tierra y una acción urgente fuera las manos de Cuba.

 

Una demanda que no cesa. (Imagen tomada de elnuevoherald.com).

 

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