Te encantaría saber las miles de cosas que tengo planeadas para ti… ¿Y sabes qué? Lo he pensado y repensado y quizá no lo creas pero a diferencia de las otras chicas… a mí no me importa nuestro aniversario. Ni siquiera que nunca me hayas dado un regalo… esas son cursilerías. Lo que sí debe importarte es que nunca te voy a dejar solo… al menos no hoy. ¿Qué diría tu madre o tu neuróloga si me escucharan hablar así? Ellas tampoco me quieren… y no lo entiendo. Soy natural y sincera. Cuando hablo, nunca miento.
Además, estoy al día de todo lo que haces. Sé cuando no te ejercitas, cuando comes a tus horas y cuando duermes. Pero sobre todo cuando no lo haces y estás muy presionado. Así me gustas más. Así estás más cerca de mí o velo de otra forma y pegarle a tu ego: eres muy especial. Si no lo fueras, no estaría aquí y serías alguien común y corriente. Acostúmbrate pues a mi lado aprenderás a valorar más tu vida pues no estoy en contra de eso. Ya que mientras más tiempo vivas, más tiempo pasarás a mi lado. Soy una especie de angelita guardiana mal reconocida. Gracias a mi presencia, no olvidarás lo que es correcto para ti y eso puedo ofrecerte… recordarte todos los días que te estoy pisando los talones. ¡Qué lobo ni que nada! Yo, sí doy miedo. Cuidado y te alcance. La verdad a veces quisiera hacerlo y otras veces no… y es que simplemente el juego es tan divertido. Me acerco mucho y te derrites como mantequilla… me alejo y pareciera que tu vida fuera la de antes…
Bueno, debo decirte que a pesar de todo el caos en tu vida y lo que vivimos en los hospitales, al final del día me encanta cuando dormimos juntos. Pareciera que somos los grandes amigos y si tuvimos problemas en el día, hay una tregua todas las noches. Estoy quietecita y tú roncas mucho… muy, muy fuerte. Afortunadamente yo no duermo. En realidad te admiro con los ojos entreabiertos y no me molestan tus ronquidos. Quisiera imaginar cosas como tú lo haces pero me contento con acurrucarme y sólo sentir tu respiración.
Cuando despertamos me gusta hacerte cosquillas en tus brazos pero sobretodo en las piernas. Por cierto… me encantan tus piernas. Me encantan porque son las únicas que conozco. Tú sabes que es cierto y que no miento. Yo nunca lo hago. Siempre soy directa y tú lo sabes. Por cierto, debes saber que a quienes realmente detesto son a tus nuevas amiguitas las fisioterapistas porque con sus jueguitos y rutinas tontas logran separarnos un poco. Y parece que no lo entiendes, siempre estaremos juntos.
En fin, son tiempos difíciles y el futuro es incierto para todos nosotros. Es una pena que la pandemia haya reducido tus oportunidades laborales pues ya la tenías difícil pero ahora la situación es surreal. A pesar de todo creo que sólo debes estar listo para lo que venga. Yo siempre estaré aquí para escucharte. Quizá sea la más sincera de tus amigas, ¿pero en verdad soy tu amiga? A veces no lo sé. Lo que sí es que nadie más desea estar tanto a tu lado como yo.
M.S.
Bruno Giovanni Herrera Espinosa
Es Licenciado en Filosofía y tesista en Letras Inglesas por la UNAM. Asimismo es estudiante de creación literaria de la UACM. Ha realizado traducción filosófica para el Instituto de Investigaciones Filosóficas y para la revista Andamios de la UACM. Ha fungido como Funcionario Coordinador del Colegio de Inglés para la Escuela Nacional Preparatoria Número 6 “Antonio Caso” y actualmente se desempeña como profesor de asignatura de las materias de Inglés de dicha institución así como para el Colegio de Inglés de la Facultad de Artes y Diseño, UNAM.