
Elegguá es una de las 7 Potencias de la religión yoruba o santería, como se le conoce en Cuba. Su nombre significa “el príncipe mensajero” y aunque es representado con la figura de un niño, es muy respetado y temido porque además de ser uno de los cuatro orishas guerreros, él abre o cierra los caminos de la vida.
En el catolicismo sincretiza con el Santo Niño de Atocha o San Antonio de Padua, como una forma que tuvieron los esclavos africanos para conservar sus antiguas creencias.
En las casas y negocios se le coloca junto a la puerta principal, como un protector. Y en los rituales, se le ofrecen juguetes, caramelos y golosinas, entre otra cosas. Sus colores son el rojo y el negro, que representan vida y muerte, principio y fin, guerra y paz.
El vendedor de ropa usada, que lo tiene como su guardián, me dijo que al tomarle esta foto también me llevaba su protección.
17 de septiembre, colonia Guerrero, Ciudad de México.