Apareció publicado en estos días aciagos de la pandemia, un libro que nos convoca a adentrarnos aún más en nosotros mismos, a fin de transportarnos con profundidad a esas introspecciones, que voluntaria u obligadamente, inciden en las inmediaciones de la identidad y el teatro.
Se trata de un lúcido ensayo que lleva por título Carnaval en blanco y negro (publicado por la prestigiada Editorial Lectorum), de la autoría de Jorge Esma Bazán, un talentoso y multipremiado dramaturgo, autor de diez obras y director escénico, a la vez que un promotor cultural de excepción, pues ha fundado y dirigido instituciones culturales en diversas entidades, así como festivales nacionales e internaciones, entre otra acciones relevantes.
En su texto, luminoso como complejo, emprende una reflexión en torno a que “los seres humanos hacemos teatro todo el día, (aunque demeritadamente) porque cada día leemos menos, pensamos menos, imaginamos nada, soñamos en blanco y negro y al amanecer nuestra vida real está vacía, (junto a la sentencia) de que nos vamos volviendo cada día muy malos actores y actrices en la vida real…”.
Ya desde las primeras páginas delimita certeramente el tema central: “Los seres humanos hacemos teatro todo el día, por lo que me permití metafóricamente que el carnaval sería la vida real con todo su desfile de máscaras ficcionales”.
Y así, avanza clarificando con hondura aquellas conductas que oscilan, consciente e inconscientemente, real o virtualmente, en los escenarios de la vida misma.
Pero dejemos que él mismo recorra el telón y abra con luces desde el prefacio mismo: “A este carnaval se suman los opuestos y las máscaras de la relatividad en los escenarios políticos, económicos, culturales, sociales y religiosos… La máscara expresa la culpa en la vida real, entre la violencia y la impunidad a pesar de los gemidos, a pesar de las fosas clandestinas, a pesar de los desaparecidos…”.
Y conforme desarrolla su argumentación añade fragmentos del pensamiento deslumbrante de Octavio Paz, Carlos Fuentes e igual de Santiago Ramírez, quien afirma que “el mexicano se desdobla en otro mexicano -al igual que todos los seres humanos- vive en una transfiguración, máscara y eco de sí mismo dibujado en figura fantasmal…”. Y así también incluye múltiples referencias de grandes autores nuestros y de otros países, además de citas inolvidables de notables personajes de la humanidad, desde la Grecia Antigua hasta los grandes pensadores, filósofos y dramaturgos, de nuestra época contemporánea, enmarcados en una nutrida y bien seleccionada bibliografía.
Su capitulado conlleva el ritmo de una puesta teatral con su primera, segunda y tercera llamada, que contienen en conjunto una temática interesante, reveladora y a momentos hasta devastadora, como ocurre en el Capítulo Siete o “La realidad distorsionada que esconde los rostros de la solidaridad traicionada y la máscara que refleja la culpa”, o en el Capítulo Ocho, es decir, “La identidad de la máscara que caduca y se descarna en medio de la incertidumbre y los gestos improvisados de la finitud”. Seguidos del epílogo que antecede la caída del telón, que estoy cierto cosecha desde ahora nuestros aplausos.
Cierro entonces con unas líneas, que en palabras del autor, me parecen esenciales y culminan su tan ameritada obra, al igual que desentrañan y se constituyen en un puntal de nuestros días para entender más y mejor, tanto la fenomenología de la vida, del teatro y de la identidad como de la vida misma: “Todos nosotros, en cierta forma, hacemos teatro todos los días de nuestra vida y todos los días moldeamos una máscara, y un personaje, sin proponérnoslo. Ese personaje nuestro, con el que queremos que nos recuerden siempre. Ese ser teatral y su careta, que no es la nuestra, pero si tiene nuestro rostro”.
Entremos ya al Carnaval en blanco y negro, pero en vivo, en directo y a todo color.
Alejandro Ordorica Saavedra
Alejandro Ordorica, cuenta con una larga y destacada trayectoria en el ámbito
del servicio público, la comunicación social y la cultura.
Obtuvo la licenciatura en Comunicación Social por la Universidad
Iberoamericana, y ha laborado tanto en instituciones públicas como en
importantes corporaciones privadas, además de la docencia en la Escuela de
Periodismo “Carlos Septién García”, el Colegio de Bachilleres y la Universidad
Iberoamericana, donde fue Maestro Fundador de la cátedra “Crítica y ética de la
televisión”.
Entre los cargos ocupados en el sector público, destaca su gestión como
Director de Difusión de los Censos Nacionales de Población de 1980, así como
de los Económicos, Industriales y Agropecuarios de 1981, donde sus campañas
de comunicación recibieron cuatro premios como la mejor del sector público en
ese año; y luego como Director de Radio de RTC, o bien Director General del
Programa Cultural de las Fronteras de la SEP, donde impulsó el Festival de la
Raza, en Tijuana y a lo largo de la franja fronteriza, los mismo que fundó el
Festival Internacional de Cultura del Caribe, y creó las series de televisión
Frontera Norte y Chicanos, así como las revistas Cultura Norte y Cultura Sur y
múltiples actividades sin precedente. Otros de sus importantes cargos han sido
el de Delegado Político en Tláhuac, históricamente el primero de la oposición;
Director General de la Central de Abasto del Distrito Federal; Coordinador
General de Programas Metropolitanos del Gobierno de esta ciudad; o
Procurador Social del Distrito Federal, así como Diputado y Presidente de la
Comisión del Distrito Federal de la 57 Legislatura de la Cámara de Diputados,
además de asesorías en diversas instituciones como: la de Asesor Ejecutivo del
Festival Internacional de Cultura Maya o en el Departamento del Distrito Federal,
a través de la empresa “Medios y Fines”, creada por él.
Ha publicado más de diez libros como son, entre otros: dos en el género de
cuento, “Saldos de cielo y tierra” y “Días Terminales”; tres poemarios: “Ciudad de
amores”, “Viaje enmedio de la luz” e “Inmediaciones del delirio” (Premio Nacional
de Poesía Tinta Nueva-INBA); en teatro “El hábito de Juana”, y dos ensayos, “La
explosión metropolitana” y “Dentro y Fuera del Ruedo”; y en vías de publicación
su novela “Camino de Insurgentes”; independientemente de otros tantos libros
en coautoría.
Ha colaborado también en diversos medios de comunicación, bien sea en El
Universal, La Jornada o “Canal 11”, donde dirigió y condujo “La Imagen de la
imagen”, programa pionero en el análisis de los medios de comunicación, y en
TV Mexiquense, junto con la artista Martha Chapa, compartiendo la dirección y
conducción de la premiada y vanguardista Serie “El Sabor del Saber”, durante
15 años, así como articulista en otros periódicos y revistas.
Además, incursionó en el Sector Privado en diversas empresas a lo largo de 15
años (1965-1979), ocupando altos cargos directivos en: Celanese Mexicana,
Industrias Cannon, Grupo ICA y Banco del Atlántico, empresa donde obtuvo el
primer lugar en cuanto a la Mejor Campaña de Comunicación Social del Sector
Privado, por parte de la Asociación Nacional de la Publicidad.
Entre sus reconocimientos, recibió de la Honorable Asamblea Legislativa del
Distrito Federal “La Medalla al Mérito en las Artes-2018”, el Premio Nacional de
Periodismo 2016, del Club de Periodistas de México, y el “Premio Instituto
Cultural México-Israel 2022”, entre otros.
Asimismo, ha participado como conferencista y orador en múltiples foros
nacionales e internacionales, a la vez que como impulsor de agrupaciones
civiles y políticas en defensa de las libertades y la democracia.