La cultura en las campañas políticas

El próximo 6 de junio habrán elecciones para gobernador en 15 entidades, entre ellas, Baja California, Colima, Chihuahua, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Querétaro, San Luis Potosí, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas. Consulta aquí lo que se votará en tu entidad. (Imagen tomada del INE).

 

Iniciaron en México las campañas políticas rumbo a la jornada electoral que se llevará a cabo el 6 de junio del año en curso, la cual ha sido catalogada por el Instituto Nacional Electoral (INE) como “la más grande” debido a que se elegirán más de 21 mil puestos en las 32 entidades del país. A nivel federal 500 diputaciones; y estatal: 15 gobernaturas, presidencias municipales, sindicaturas, regidurías, juntas municipales y una elección extraordinaria en dos municipios de Hidalgo.

Uno de los cuestionamientos que nos deberíamos hacer como ciudadanos, es: ¿De qué manera, la sociedad ha presionado a los candidatos y posteriormente a los gobernantes, para que sitúen a la cultura en el lugar preponderante que debe tener?

Héctor Ariel Olmos, en su libro Cultura: el sentido del desarrollo1, hace referencia a la falta de conciencia sobre la importancia que los gobiernos dan al sector cultural, tanto si se juzga por su mención prácticamente nula en las campañas políticas, como si se hace en relación al presupuesto designado a este rubro una vez obtenidos los puestos. Basta comparar el presupuesto que estipulan a cultura, y el asignado a las campañas políticas y a los propios partidos para darnos una idea.

Una de las misiones de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), es situar a la cultura en el núcleo del desarrollo: El reto consiste en convencer a los políticos responsables de las decisiones y a los actores sociales locales de que integren los principios de la diversidad cultural y los valores del pluralismo cultural en el conjunto de las políticas, mecanismos y prácticas públicas, especialmente gracias a la colaboración del sector público/sector privado”2.

 

La Unesco creó un Manual metodológico de indicadores de cultura para el desarrollo que se basa en 22 indicadores que abarcan las 7 dimensiones ubicadas en la gráfica, siendo la cultura el eje transversal que las une. (Lámina, elaboración propia).

 

Construyendo el poder

La cultura es el cuarto pilar del desarrollo sostenible, junto a las dimensiones económica, social y ambiental, ya que “la cultura en toda su diversidad es necesaria para afrontar los actuales desafíos de la humanidad 3. Sin embargo, lo cierto es que esta premisa no ha sido apropiada por la ciudadanía, y mucho menos por los partidos políticos y sus candidatos, lo que ocasiona la ausencia de la cultura como un eje importante e imprescindible en los proyectos de gobierno. ¿Podríamos imaginar nuestra vida sin cultura? Simplemente no, porque la hacemos todos: está, además de las artes, en nuestras acciones, creencias, costumbres y todo lo que para nosotros tiene un valor simbólico. Es un sueño pensar en ver a los partidos políticos sobrevivir con base a “becas” en las que tienen que generar proyectos con: objetivos, justificación, desarrollo, cronograma e impacto a la sociedad, mientras las entidades culturales reciben sus recursos a manos llenas.

La falta de “empoderamiento” de la sociedad civil, es uno de los grandes problemas para lograr acceder al poder. En el mismo texto referido, Olmos señala las distintas maneras de construir poder, a través de: informarse e informar sobre actividades culturales y sus diversas posibilidades; formando agentes, públicos y artistas; fortaleciendo expresiones populares; abriendo nuevos espacios en las administraciones y los medios de comunicación; “exigiendo con base al trabajo, no desde la queja reiterada y aburrida del sector”; tejiendo con otras áreas y generando hechos.

 

El libro ¡Es la reforma cultural, Presidente!: Propuestas para el sexenio 2018-2024, es una obra colectiva en la que especialistas ofrecieron propuestas que siguen y seguirán vigentes y aplicables a cualquier cambio de gobierno.

 

Generando hechos

Los hechos los vemos a diario con acciones realizadas por los gestores y creadores culturales, quienes logran llevar a cabo sus proyectos, a pesar de todos los obstáculos. Un ejemplo significativo tuvo lugar antes de las elecciones de 2018, con la presentación del libro: ¡Es la reforma cultural, Presidente!: Propuestas para el sexenio 2018-2024, bajo la coordinación de Eduardo Cruz Vázquez. En él, numerosos especialistas de distintas disciplinas, ofrecieron diversas propuestas para nuestro beneficio, con miras al sexenio que estaba por iniciar. Su contenido es vigente y aplicable a todos los niveles de gobierno, hoy y siempre. Lo pueden aún adquirir en formato digital, en la tienda virtual del Grecu.

Retomo algunas ideas plasmadas en este libro: reconocer el binomio economía-cultura como una gran asignatura pendiente; observar modelos exitosos de desarrollo de la economía cultural de otros países, especialmente híbridos entre los sectores públicos y privados; e incrementar el presupuesto a los rubros de cultura, ciencia, tecnología, emprendimientos culturales, entre otros.

Hago mención especial a “reconocer el municipio como un espacio estratégico en la implementación de las políticas públicas”: solamente visualicemos: en la próxima votación se elegirán más de 1900 ayuntamientos (incluidas las 16 alcaldías de la CDMX), de los más de 2,500 municipios que existen en el país. El impulso que se puede dar a las empresas creativas y culturales, desde estas dependencias gubernamentales, impulsaría considerablemente el crecimiento económico y social, además de la descentralización de los apoyos que se ofrecen, vistos no como un mecenazgo, sino como fomento a las pequeñas y medianas empresas. Claro, esto implica un meticuloso proyecto, producto de la evaluación y análisis hecho por especialistas; es decir, no ocurrencias sino propuestas bien organizadas. La aplicación de las recomendaciones de la UNESCO, puede ser una guía a seguir.

Conclusión

La actual situación mundial exige respuestas distintas y un reflejo de ello deberían ser las campañas políticas, es muy lamentable seguir escuchando canciones pegajosas y nada más. Si no han tenido la capacidad de evolucionar conforme a los cambios que ha habido, especialmente en este último año, ¿tendrán la capacidad de gobernar acorde a nuestras necesidades? Los ciudadanos merecemos menos contaminación visual y auditiva; más “cómo” y menos “porqués”. Esperamos ver sus propuestas en materia de cultura en lo que resta de las campañas.

Ostentar un cargo público, debe ser un privilegio para servir a nuestra nación, dejando a un lado caprichos, revanchas y favoritismos. Las políticas públicas deben emanar de la sociedad y satisfacer sus necesidades; sin embargo, debemos reconocer que, si ellos no saben lo que esta necesita, menos lo harán si no lo expresamos; por ello, los invito el sábado 24 de abril de 2021 a las 12:00 horas al conversatorio virtual organizado por el Seminario de Cultura Corresponsalía Colima, “Logros y desafíos de los grupos de danza independiente en México”, mismo que tendré el gusto de moderar, abriendo así un espacio de reflexión sobre el tema.

Podremos ser apartidistas, pero no apolíticos. Nuestro futuro y crecimiento está en sus manos, por ello debemos establecer vínculos de comunicación. ¿Quieres expresar tu opinión? Mi correo está abierto: mfruvalcaba@gmail.com

 

Hasta el próximo Vuelo del ticús.

 


 

Referencias:

  1. Olmos, H. A. (2004). Cultura, el sentido del dessarrollo. México: Gicome SA de CV.
  2. Unesco, cultura y desarrollo http://www.unesco.org/new/es/culture/themes/culture-and-development/
  3. Agenda 21 La cultura es el cuarto pilar del desarrollo sostenible http://agenda21culture.net/sites/default/files/files/documents/es/zz_cultura4pilards_esp.pdf

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