Esta semana vamos a revisar la oferta y la demanda de bienes y servicios culturales, su origen y su destino en términos porcentuales. Si bien se trata de tomar la misma foto en dos momentos diferentes en el tiempo, ello nos va a permitir apreciar los cambios en la estructura relativa de ambos agregados, si los hay, propiciados por la reactivación de la actividad económica en general, y del sector cultural en lo particular.
La oferta interna se ubicó en un mil 629.4 millones de pesos en 2022, de dicho monto 78.8% provino de la producción bruta interna y 10.6% del exterior, mientras que la diferencia de 10.6% correspondió a los márgenes de comercialización y de transporte. En 2021 las proporciones fueron similares, es decir que la presencia de nuestro sector cultural permanece firme al aportar cuatro quintas partes de la oferta interna.
Sin embargo, es conveniente señalar que estos indicadores elaborados con la metodología del nuevo año base presentan cambios sustanciales en la estructura de la oferta. Si revisamos los publicados el año pasado observamos que la estructura porcentual fue de 89.4%, 3.9% y 6.7% en el mismo orden, por lo que podemos distinguir que el INEGI actualizó los conceptos de registro de las importaciones. A estas alturas, después de 10 años, contamos con indicadores más confiables.
¿Cuál fue el destino de estos productos? La mayor parte, 63.5%, fue para el consumo final, frente a 63.0% de un año antes. Al sector privado le correspondió 58.8%, ligeramente mayor al del año previo, mientras que al público el restante 4.7%. Por su parte la inversión se ubicó en 12.0%, lo que nos permite afirmar que el sector continuará expandiéndose en el futuro cercano. Por lo que se refiere a las exportaciones, éstas se situaron en 5.2% (0.2% por debajo de 2021), mientras que el consumo intermedio, es decir los productos que se utilizan como insumos en otros procesos del mismo sector, descendió de 19.9% a 19.3%.
Estos resultados nos muestran que debido al impulso que tuvo la economía en general, la población contó con mayor tiempo y recursos para hacer uso de los bienes y servicios culturales, y que las expectativas apuntan a que este ritmo se mantendrá porque los agentes económicos están invirtiendo.
