Logípolis: De conglomerados a partidos

Cómo pasa el tiempo, que no es mucho: en 2013 Morena obtuvo su registro como partido político. Cinco años después, alcanzó el gobierno. En 2021, veremos qué partido es en las elecciones intermedias. (Foto: Notimex).

Quiera o no quiera uno, por lo común al escribir de política uno tiene por necesidad que referirse a antecedentes diversos (para Foucault, por ejemplo, los griegos fueron siempre referencia ineludible) para poder situar sus afirmaciones, como hoy aquí, tomando en consideración que la política es una extensión de la guerra (Sun Tzu y von Clausewitz), podemos decir que la formación de clanes para guerrear es un proceso similar al que hoy se sigue, al menos en el país, para enfrentar la contienda política. Eso pienso, al menos, al ver, por estos días, varios encuentros video-grabados sobre la materia (Morena, Tribuna Comunista, LeHaine).

Es decir, cómo de 2018 a la fecha se ha venido dando la integración de organismos diferentes para enfrentar el próximo reto electoral de 2021, que pese a ser una elección intermedia tiene un valor estratégico que aumenta día con día. Aquí, al respecto, primero quisiera recalcar un proceso inverso entre izquierda y derecha. Mientras la primera va de conglomerados que se tornan partidos; la segunda, por el contrario, va de partidos a conglomerados o alianzas para hacerle frente al reto del 2021. Ambos, eso sí, metiéndole toda la carne al asador al proceso electoral que se avecina: lucha por el control de la Cámara de Diputados, 15 gubernaturas, 32 congresos locales y cientos de municipios. Sin duda, una lucha trascendente que debe analizarse con gran cuidado.

¿Por qué la izquierda de conglomerados a partidos? Porque, la fuerza electoral que llevó a AMLO a la Presidencia del país y allí lo sostiene junto con su régimen (la 4T) no fue, evidentemente, sólo la fuerza de su partido electoral como lo exige la ley (en este caso Morena), sino un conglomerado de fuerzas que aún subsiste (el ya famoso 70 por ciento de las encuestas) y que es un verdadero arcoíris poblacional de quienes aún se mantienen, se han incorporado y de quienes definitivamente se han retirado; ese arcoíris, hoy, tiende a integrarse, para mantener el control político que hoy tiene y porque así se lo exige la ley electoral, en un partido político formal, a fin de que pueda, formalmente así también, participar en el proceso electoral de 2021. Como se ve, hasta aquí lo que manda es lo electoral. ¿Pero qué hay más allá de ello?

Viendo la situación desde el interior del arcoíris, hay dos tareas para el 2021. Una muy obvia: garantizar que el arcoíris se mantenga y de ser posible se fortalezca engrosándose, manteniendo el control y mayoría en la Cámara de Diputados por sobre muchas cosas, pues el Poder Legislativo será clave los años por venir y, segundo, controlar el mayor número de congresos locales y conquistar el mayor número de gubernaturas y municipios en juego. Eso, si los resultados son positivos, ofrecerá una imagen cierta de lo que es hoy la 4T. Si los resultados son tambaleantes, será muy difícil gobernar los años próximos.

Pero sean los que sean los resultados, una de las tareas centrales que también se avecinan es contestar a la pregunta: ¿qué tipo de partido construir para garantizar un real proceso de cambio social en el país?… Ya habrá ocasión de entrarle a esta respuesta.

*Sólo estructurador de historias cotidianas

 

gomeboka@yahoo.com.mx

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