Logípolis; Nuevos tiempos, nuevos aconteceres

El actor Ethan Hawke (en el papel de Toller), en First Reformed (Reverendo, 2017) del director norteamericano Paul Schrader (1946). (Imagen tomada de frasesparaelrecuerdo.blogspot.com).

ENSENADA. Los actuales son tiempos de cambios profundos -no sólo aquí, claro, sino a nivel mundial- provocados por las conmociones sanitarias de la pandemia (dos millones de muertos y contando), que han modificado sustantivamente los valores que le dan sustento a la organización social contemporánea, que hoy como nunca nos hacen ver como una sociedad mundial sólidamente interconectada, aunque no necesariamente de una manera positiva.

Así hoy, por ejemplo, si nosotros como país registramos los efectos positivos de la demolición paulatina del pacto patriarcal -adiós a la candidatura, por parte de Morena, de Félix Salgado Macedonio- que desde muchos años atrás marca a gran parte de las sociedades del mundo, vemos también, con temor, cómo el papel regulador de los organismos multilaterales (particularmente la ONU, paradigma de esos organismos) deja de tener sentido, en tanto que, un grupo reducido de países económicamente poderosos (no más de diez) en tiempos de la grave crisis sanitaria que hoy nos agobia, monopolizan el manejo de vacunas e impiden así que la mayoría de la población mundial enfrente, en igualdad de condiciones, a la enfermedad que hoy afecta indistintamente a todos.

Pero no sólo eso. Porque, me pregunto: ¿quién ordenará al mundo, por ejemplo, cuando, de manera paralela a la denominada cuarta revolución industrial (en donde se mezclarán indistintamente ciencia y tecnología), se comiencen a manifestar, incontrolables, los efectos del cambio climático, mucho más aterradores que los hasta hoy conocidos a nivel sanitario? Es decir, no se trata de alarmar, sino sólo de prever en términos políticos: ¿quién se va a encargar entonces de regular a la ciudad que va a ser entonces el mundo, dado que las fronteras no van a existir virtualmente en ese tiempo futuro? ¿No será hora de comenzar a pensar en esas cuestiones? Por un lado, pues, la transhumanización que se prevé acompañe a la revolución mencionada, que hará cotidiana la convivencia, entre otras cosas, de robots y humanos, dado el grado de avance que para entonces tendrá la inteligencia artificial (que para entonces habrá dejado obsoleta toda regulación del internet, por ejemplo), mientras que, por el otro, el desorden mundial que provocará el cambio climático en ese futuro que ya está a la vuelta de la esquina, va a requerir nuevos ordenamientos que regulen nuestras formas de comportarnos frente a una realidad tan compleja (ver, por ejemplo, First Reformed de Paul Schrader) como la que describe Roberto Cataldi con estas breves palabras: “Vivimos y padecemos tiempos de fragmentaciones, separatismos e intolerancias, cunden los prejuicios, las new faces y la xenofobia. Son muchos los que claman por cambios, y pienso que aceptar ciertos cambios que pueden no agradarnos de ninguna manera significa dejar de ser quien uno es. Debemos implementar cambios de fondo a corto, mediano y largo plazo. Hay que cambiar las estructuras con inteligencia. Ya sé que no todos podemos ser genios, o tener talento, pero sí podríamos ser correctos” (Periodistas en Español.com, 27-II-21).

¿Cómo pues entonces enfrentar nuestro futuro inmediato, que se va a mover -se está moviendo ya- entre la inmediatez de lo partidario-electoral que no vislumbra el nuevo feminismo que inunda nuestra vida cotidiana y lo mediato, que indistintamente tiene que ver con cambio climático, crisis sanitarias e inteligencia artificial, entre otras cosas? Un complejo futuro, pues, frente a nosotros.

*Sólo estructurador de historias cotidianas

Profesor jubilado de la UPN/Ensenada

gomeboka@yahoo.com.mx

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