Museo Amparo: generar contenidos en línea que se sostengan por sí solos

El retrato de Amparo Rugarcía de Espinosa se exhibe en el Salón Mexicano de la colección de arte virreinal y del siglo XIX del Museo Amparo. Fue pintado por Diego Rivera en 1952. (Fotos: museoamparo.com).

En esta segunda entrega sobre la situación que enfrentan algunos museos en México frente a la pandemia del COVID-19 (nuestra primera revisión fue publicada en Paso libre alrededor del Museo de Arte Popular), ahora toca el turno al Museo Amparo (MA) un referente cultural no solo en la ciudad de Puebla sino en el resto del país y a nivel internacional. En 2019 recibió la visita de 203 mil personas.

En la era del coronavirus, el MA implementó el programa El Amparo en tu casa, con actividades para niños con cuenta cuentos, por ejemplo; charlas en línea sobre aspectos “a detalle” de sus colecciones y con temas sobre “La Conquista en el Códice Florentino” o “Vista de Toledo: Diego Rivera, entre El Greco y el cubismo”. También ofrece recorridos virtuales por las siete salas de su acervo de arte prehispánico; las salas de arte virreinal y del siglo XIX, así como sus exposiciones temporales Un arte sin tutela: Salón Independiente en México, 1968-1971 (organizada por el MUAC-UNAM) y Geometría sagrada, de Karina Skvirsky.

En pleno Centro Histórico de Puebla, el inmueble fue el primer hospital de la ciudad en el siglo XVI y después sirvió de Colegio para niñas. En el XIX fue casa del abuelo de Manuel Espinosa Yglesias hasta que en 1991 el banquero lo inauguró como un museo transformado por el despacho de arquitectos de Enrique Norten.

El MA tiene una vida asegurada sin los vaivenes políticos y las políticas gubernamentales porque es privado y se erige como una de las ramas principales de la Fundación Amparo I.A.P. (Institución de Asistencia Privada), una donataria autorizada. La fundación se constituyó en 1979 por el banquero Manuel Espinosa Yglesias y su esposa, Amparo Rugarcía en tanto que el museo fue fundado en 1991 por el empresario poblano y su hija, Ángeles Espinosa, a partir de una colección de más de 1,700 piezas de arte prehispánico -la más grande en un museo privado mexicano-, además de obras de arte virreinal y del siglo XIX (mobiliario, pinturas, platería, porcelana y textiles). Desde hace ocho años incentiva un programa de adquisiciones de arte contemporáneo.

Ramiro Martínez Estrada es el director ejecutivo del MA desde enero de 2009. Contesta de manera sucinta, vía correo electrónico.

—¿Cuáles son a tu juicio las medidas de emergencia que se requieren para apoyar la labor de los museos en México?

— Las dos más importante son asegurar la planta laboral y asegurar el manejo correcto de las colecciones y de los inmuebles.

—¿Cómo ha impactado la pandemia en la vida del Museo Amparo?

—Como al resto de las instituciones culturales que estamos cerradas temporalmente.

—¿Cuál es la estrategia que implementarán en el mediano y largo plazos?

—Hemos recurrido casi desde el inicio de la contingencia al modo en línea. A mediano y largo plazos prevemos una coexistencia entre la visita presencial y la visita en línea. Se deberán generar contenidos paralelos en línea que se sostengan por sí solos más allá de que sirvan como apoyo al proyecto de cada exposición.

A la izquierda, una de las salas de arte prehispánico de la colección. A la derecha, la pieza de Carlos Amorales, Incorruptibles, integrante de la colección de arte contemporáneo del recinto poblano.

¿Cuáles son los aspectos para reelaborar o replantear en un Programa Sectorial de Cultura acorde a la nueva realidad mexicana post pandemia?

—Viabilidad económica. Alcance de públicos. Difusión. Eficiencia en el manejo del patrimonio.

—¿Qué requeriría una Ley de Museos?

—Un análisis de objetivos, requerimientos y de las relaciones de los museos con otros sectores públicos y privados a nivel nacional.

—¿Es o no es necesaria una Ley de Mecenazgo? Por qué.

—Sí es necesaria, para poder compartir la carga financiera.

—¿Qué lineamientos plantearías para una Ley de Mecenazgo en México?

—Claridad y transparencia. Y no ha caminado una en el país por cuestiones políticas.

—¿Cómo alentar la participación social -de individuos y de empresas- en el entramado del sector cultural?

—Con una Ley de Mecenazgo clara y transparente acordada entre todos los involucrados.

La terraza es una de las mayores atracciones para el público joven que acude al recinto museístico.

—¿Qué estrategias financieras y en materia fiscal sería ideal implementar en beneficio de los museos y de sus públicos?

—No tengo conocimientos para hablar del tema.

—¿Han establecido con la Secretaría de Cultura federal algún tipo de comunicación, enlace, intercambio de opiniones o críticas?

—Ninguna.

—Se ha hablado en varios foros sobre el proyecto cultural Bosque de Chapultepec y hay voces que plantean su cancelación o la reasignación de los dineros hacia proyectos, recintos y trabajadores que viven momentos críticos ante la pandemia.

No conozco el proyecto a fondo. Considero que debe priorizarse la emergencia sanitaria y sus consecuencias económicas.

—¿Cómo puede participar la iniciativa privada en la reactivación del sector? ¿Cómo lo hace el Museo Amparo?

—Lo hace con ideas, recursos, compromiso y acciones.

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