Nuestra cultura tiene un impacto más allá de los números

 

Y tu hijo, el que vive en Holanda
¿qué tipo de música toca?
Acá era metalero
Allá es mariachi

La gráfica que revisamos en esta ocasión es la que se refiere a la Estructura porcentual
de la Oferta y la Utilización de los bienes y servicios culturales. Es decir, del total de la
oferta cultural en México, cuánto se produce en el país y cuánto proviene del exterior,
junto con el destino de dicha oferta: consumo final e intermedio, inversión o
exportaciones.

La oferta de bienes y servicios culturales en 2021 se ubicó en un mil 312.3 millones de
pesos. De este total 89.4% correspondió a la producción interna, 6.7% al margen de
comercialización y transporte y la diferencia de 3.9% a las importaciones.

Conviene señalar que, el margen de comercialización y transporte corresponde a los
gastos destinados a esos servicios cuyos precios se determinan como un porcentaje
del valor del producto. En el caso de los bienes culturales, el margen que comentamos
se encuentra poco más de 10 puntos porcentuales por debajo del registrado en el
sector industrial del país.

Por su parte, la participación de las importaciones nos permite afirmar que gran parte
de la oferta cultural se produce en el país, pese al alto consumo por cine y televisión de
programas y películas extranjeras, en su mayoría de los Estados Unidos de América, y
la constante entrada de productos chinos que invaden el mercado nacional, tales como

las banderas en las fechas patrias, imágenes religiosas o recuerdos de zonas
turísticas.

Por lo que se refiere al destino de esa oferta, 65.1% fue para consumo final (62.1% al
privado y 3.1% al público) y 2.7% a la inversión. Además, una parte importante de
estos bienes y servicios, 30.3% por ciento, correspondió a consumo intermedio, es
decir, que pasaron a formar parte de otros procesos productivos como insumos, en
tanto que una parte muy pequeña, apenas 1.9%, se canalizó al sector externo.

Si bien los registros del INEGI se circunscriben al intercambio formal de bienes y
servicios culturales en el mercado internacional, debemos considerar también que
nuestra oferta cultural hacia el exterior es mucho más amplia como consecuencia de
los flujos migratorios de connacionales que, en busca de mejores condiciones de vida,
se han desplazado, en mayor medida, a los países del norte del continente.

Nuestros paisanos llevan consigo conocimientos, costumbres, hábitos, gustos y demás
elementos culturales que a lo largo de su estancia se arraigan y constituyen un factor
de demanda de bienes propios de nuestro país, principalmente alimenticios, que
favorece a nuestros productores al abrirle nuevas oportunidades para diversificar sus
mercados. Tal es el caso del aguacate, cuya demanda en los EUA se ha elevado
notoriamente gracias a que ha pasado a formar parte de la dieta de la población
norteamericana, no solo la de origen mexicano. El impacto ha sido tal que en la
actualidad México es el principal exportador de este fruto.

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