
El 5 de octubre de 2020, Fernando Arturo Galaviz Yeverino y Diana M. González presentaron al H. Congreso del Estado de Nuevo León la iniciativa ciudadana “Ley de educación, producción y fomento para la industria social cinematográfica, audiovisual, animación y transmedia del Estado de Nuevo León”. La redacción de Paso Libre entrevistó a Diana M. González respecto a esta iniciativa de industria social de cine para Nuevo León.
¿Por qué considera que no existe una industria de cine en Nuevo León?
Pues es bastante obvio, pero partamos de un análisis sencillo y general: hablar de industria requiere que algo sea producido en serie y, tendríamos que añadir, en serio. La misma palabra “industria” nos remite a procesos de producción mecánicos o, a estas alturas tecnológicas, incluso digitales, en oposición directa a la histórica y muy respetable producción artesanal. En tal marco de referencia, toda producción industrial debe corresponderse con una estructura tecnológica que garantice la calidad y los tiempos específicos del producto que se trate a lo largo de todo su proceso, hasta dejarlo listo para entregar a una clientela o mercado que lo demanda y del cual, una vez satisfechas sus necesidades específicas, deberá retornar el pago económico subsecuente que estabilice y proyecte en el tiempo la pervivencia de dicha producción.
En el caso del cine de Nuevo León, ninguna de las condiciones referidas existe dentro del marco de promoción cultural que define por antonomasia a CONARTE, institución que por lo mismo, ha orientado la actividad de producción cinematográfica existente hasta hoy en forma involuntariamente experimental, asumiendo en la mejor de sus posibilidades el contexto artístico del área.
Por otra parte, la pequeña y movible comunidad que integra la “disciplina” (el término lo dice todo), ha logrado justificar a lo largo de estos primeros casi 20 años de desarrollo, un muy modesto gasto público aplicado a diplomados, cursos y talleres relativos a la diversas áreas del cine, mientras que la única fuente de apoyo a la producción es el fideicomiso PROMOCINE, de apenas millón, millón y medio, el cual ANUALMENTE se pone a concurso mediante convocatoria e, invariablemente, debe ser complementado con otros fondos externos para dicho fin. De esta forma, la producción cinematográfica de CONARTE bien puede llamarse de inducción cultural, aun presuponiendo que la misma realmente corresponda a las anualidades en que el fideicomiso ha estado disponible.
Dicha estructura y su incidencia en la formación cinematográfica de la comunidad respectiva de CONARTE, desde luego ha constituido un desarrollo básico fundamental que, por sus propias características, no puede ser llamado industria sino en todo caso, una especie de semillero disciplinar.
¿Qué acciones recomendaría para construir una industria de cine en Nuevo León?
Primeramente la separación y reconversión de la actual infraestructura patrimonial y administrativa del área cinematográfica de CONARTE, es decir, independizar del actual marco cultural a la Cineteca Nuevo León, y en parte o totalmente, también a la Escuela de Artes y Oficios Adolfo Prieto, para erigir con ambas plantas físicas un nuevo organismo con ley y patrimonio propios: el Instituto Estatal del Cine de N.L (IECNL).
Segundo: mediante la reasignación de sus respectivas vocaciones y fusión de fondos, volveríamos más eficientes sus actividades académicas y administrativas en conjunto, ofreciendo al estado las diversas carreras profesionales del área cinematográfica a precios de educación superior pública, con planes de estudios con salida a la producción social del cine, es decir, integrando en las carreras las diversas opciones económicas de producción, especialmente la cooperativista o social, que por cierto vertebra el Plan Nacional de Desarrollo del actual gobierno de México.
Tercero: parte muy importante de la reconversión sería la adaptación de espacios de la Nave 1 (actual Lobby de Cineteca) como estudios de producción y postproducción cinematográfica, el cual en conjunto con el par de pantallas existentes (salas de cine en segundo piso de la Cineteca) constituirían el eslabón inicial de una cadena de exhibición y distribución, pues si replicamos estas acciones en espacios o auditorios municipales reasignados para el caso en todos los municipios del estado, podremos integrar un primer nivel de consumo cinematográfico propio, que además de elevar el nivel socio cultural del estado en su conjunto, permitiría el retorno económico inmediato y sin intermediarios para los productores (egresados del IECNL), quienes a su vez serían profesionales del área con incidencia en la formación de públicos regionales sin menoscabo de los públicos nacionales e internacionales.

¿Por qué una estrategia educativa de cine si no se cuenta en Nuevo León con una industria de cine para los egresados?
Porque las actuales y escasas opciones para estudiar cine en Nuevo León no sólo corresponden a universidades privadas cuyas cuotas también prohibitivas limitan el acceso de los jóvenes de clases populares interesados en carreras de alta creatividad, sino porque, e igualmente importante, no constituyen una propuesta integral con incidencia en el desarrollo socio-cultural del estado y el país.
Así que la profesionalización de los jóvenes nuevoleoneses en particular y mexicanos en general, interesados en estudiar cine, animación o producción transmedia en Nuevo León, es el primer eslabón indispensable para formar (con recursos públicos de los tres niveles de gobierno), perfiles altamente críticos, creativos y coadyuvantes con el fortalecimiento de la incipiente democracia mexicana, capaces de proponer su propio entorno bajo nuevas y creativas miradas simbólicas, calando profundo en lo autorreferencial, e incidiendo en la legitimación de un imaginario socio-cultural propio cuya recompensa sea la formación de públicos locales consumidores y, por tanto, en la creación o apertura de un mercado interno eficiente, suficiente y propulsor de una industria cinematográfica verdaderamente nacional.
¿Qué es una industria social de cine para Nuevo León?
El nivel educativo explicado antes, pero también la profesionalización de una plataforma de producción de cine, animación y transmedia capaz de garantizar la realización en serie (y en serio) de una producción sistemática y autosustentable propia.
Los estudiantes, de este modo, no tendrán que retardar su ingreso al mercado por falta de equipos accesibles de producción y post producción, ya que podrán optar por derecho propio a la organización de empresas cooperativistas para la producción cinematográfica y artes conexas, dejando así de depender de fondos públicos a concurso y fideicomisos culturales del viejo sistema discrecional, ya que como segunda vía de coproducción, el mismo Instituto Estatal del Cine de Nuevo León podrá ser socio de ellos por sistema.
¿Qué ventajas pueden encontrar en la iniciativa presentada los productores de cine nacionales e internacionales que quieran invertir en el Estado?
Pues la propia plataforma profesional de producción de cine, animación y transmedia del IECNL, la cual además de garantizar la realización en serie (y en serio) de una producción de cine sistemática y autosustentable, podrá ser legítimamente usufructuada como activo en renta para producciones nacionales e internacionales precisamente.
Es decir, con dicha infraestructura pública de cine, Nuevo León podrá ofrecer estudios profesionales de filmación a realizadores de acción viva, de animación y transmedia, incluyendo equipo técnico y humano altamente especializado a costos competitivos para el mercado cinematográfico nacional e internacional, lo que a su vez podrá incorporar a estudiantes, maestros, técnicos y artistas de todas las disciplinas de N.L. en dichas producciones de la amplia industria cinematográfica nacional e internacional, sin olvidar la concomitante promoción y renta de los escenarios urbanos y naturales de nuestro estado.

Nota de la redacción:
Diana Margarita González Domínguez es periodista, editora y crítica, catedrática, documentadora y promotora de cine, es creadora del Plan Nacional para un Cine Regional Mexicano a partir de su propia fundación, Cinema Realidad, S.C. El PNCRM fue presentado el 6 de agosto de 2018 a un grupo de cineastas nacionales en la Casa de las Humanidades de la UNAM y el 22 de noviembre como ponencia en los Diálogos para la Transición de IMCINE, como modelo de regionalización del cine nacional mexicano. Como integrante del Consejo Ciudadano de Cineteca NL desde su origen en 1998 hasta diciembre de 2015, y posteriormente en forma conjunta, integrante del Comité Técnico del Fideicomiso PROMOCINE, ha participado en la formación, desarrollo e historiografía de la cinematografía regional de Nuevo León. En 2020 la Maestra Diana M. González participa como Precandidata Externa de Morena para Diputada por el Distrito 16 de su estado natal, Coahuila.