Sobre proyectos de corte social y comunitario

Unos proyectos tienden a subir y otros a bajar… (Imagen tomada de lurkoi.com).

 

XALAPA. En los últimos años la formulación de proyectos es una preocupación constante, uno debe formular proyectos para conseguir una beca, financiamiento para una exposición, una obra de teatro, adquirir un equipo musical o para la obtención de un título académico. Es importante aprender a planear, diseñar, discutir y evaluar nuestras propuestas artísticas. La formulación de proyectos culturales avanza gradualmente para convertirse en una forma profesional de trabajo diario.

Todo proyecto principia con un diagnóstico. Establecer las bases, primero la idea. Una forma inteligente de afrontar la formulación de proyectos es iniciar por un cuidadoso análisis autocrítico, conocer cuáles son nuestros valores, nuestras fortalezas y debilidades y cuáles son las oportunidades y amenazas del entorno.

Hay que recordar que la profesionalización del trabajo cultural es gratificante, compleja, apasionante y requiere de esfuerzo. La presentación adecuada se logra, como muchas cosas en la vida, con trabajo, disciplina y preparación permanentes.

La formulación de un proyecto es una oportunidad para reflexionar sobre nuestra disciplina artística, nuestros intereses, nuestro producto cultural y lo que queremos para el futuro. Para concretar y precisar lo que se quiere realizar y hacer efectivas las decisiones tomadas.

Es importante seguir cursos de acción que conduzcan a la obtención de determinados resultados. Esto nos permite analizar y evaluar nuestro trabajo, identificar las características particulares, reconocer sus diversos espacios de circulación y distribución, analizar los nichos de mercado (existentes y por desarrollar) e identificar los públicos cautivos y los públicos a generar. En algunas personas esta experiencia se convierte en un reto útil para el fortalecimiento de su vocación artística, le impulsa a superarse.

Precisa observar aquí, que se invierte mucho esfuerzo en la presentación de un proyecto por eso deben ser sometidos a evaluación. En muchos casos no son viables porque son difíciles de financiar, excedidos en las metas, por no poder cumplirse en los tiempos estipulados y con el presupuesto asignado o simplemente por estar mal formulados.

Por eso es importante observar los requisitos generales para la buena formulación de un proyecto: razones por las que se necesita realizar (fundamentación); a qué fin contribuirá el logro de los objetivos (finalidad); qué se espera obtener en caso de que tenga éxito (objetivos); a quién va dirigido (beneficiarios directos e indirectos); qué debe producir para crear las condiciones básicas que permita la consecución del objetivo (productos); con qué acciones se generarán los productos (actividades); qué recursos se necesitan para obtener el producto y lograr el objetivo (insumos); quién ejecutará el proyecto (responsables y estructura administrativa); cómo se ejecutará (modalidades de operación); en cuánto tiempo se obtendrán los productos y se lograrán los objetivos (calendario) y cuáles son los factores externos que deben existir para asegurar el éxito (pre-requisitos).

Es importante conocer y entender de qué trata nuestro proyecto, cuál es el objetivo que se persigue y hacer una lista de todos los puntos que integra, además de definir su perfil y saber si es afín a nosotros, de esta manera podremos estar seguros de que el trabajo invertido valdrá la pena.

La formulación de proyectos tiene su base en un proceso administrativo, en el cual las funciones básicas son investigar, analizar, ejecutar, controlar y evaluar. Para tener éxito es necesario ser parte de la solución de problemáticas sociales, en forma organizada y responsable.

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