Sin miedo: vea las entrañas de su producto cultural favorito

Elemento fundamental en todo proceso productivo lo constituyen los insumos, estos
son los bienes y/o servicios que deberán de ser transformados para elaborar un
producto que está destinado a satisfacer una necesidad.

Las actividades culturales en sus diferentes manifestaciones requieren de diversos
insumos como tinta, papel, cuerdas para instrumentos, maquillaje, vestuario, rollos de
película y muchos más, para tener un bien o servicio que estará al alcance de los
consumidores.

Resulta interesante visitar una imprenta poco antes de que se inicie la impresión de un
libro. El responsable selecciona los colores de la tinta que se van a utilizar, revisa el
papel, se asegura que el suministro de electricidad no tenga fallas y pone en
funcionamiento la máquina impresora para hacer una pruebas.

De esta manera unas cubetas de líquido de color y un rollo de papel inician un proceso
por medio del cual serán transformados en un objeto completamente diferente a los
productos que le dieron origen.

Es claro que el complemento de estos insumos son las máquinas impresoras, la
guillotina y la encuadernadora, entre otras, que forman parte de los bienes de capital, y
diversos trabajadores que atienden las diversas etapas de dicho proceso, es decir, los
recursos humanos.

Si revisamos la gráfica, vamos a ver que el peso relativo promedio de los insumos en la
producción bruta de las actividades culturales (Consumo Intermedio/Valor Bruto de la
Producción) es de 37.4%. Las ramas que superan este nivel son libros, impresiones y

prensa con 61.9%; artes visuales y plásticas, 49.5%; patrimonio material y natural
45.4%; medios audiovisuales, 43.3%; artesanías 43.2% y servicios creativos con
37.7%.

Por su parte, las áreas que se encuentras por debajo del promedio son Música y
conciertos, artes escénicas y espectáculos, y formación y difusión cultural en
instituciones educativas, con 36.4, 20.1 y 19.8%, respectivamente.

Los insumos no provienen en su totalidad del sector cultura, sino de las diversas ramas
de actividad de la economía en general. En este sentido la cultura se ubica como
demandante de productos, lo cual estimula la producción de sus proveedores, y estos a
su vez requieren de otros insumos de varios sectores, logrando con ello un efecto
multiplicador, de la actividad económica por medio de la demanda, lo cual favorece a
otros sectores.

Por eso es importante considerar que la compra de un CD, una artesanía o una pintura
no sólo beneficia al productor de estos, sino también a toda una diversidad de ramas
que proveen los insumos necesarios para que gocemos de nuestro bien final.

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