Con esta lindura terminamos

 

Con esta gráfica damos por concluida esta Cuarta Jornada Nacional de la Cuenta Satélite de la Cultura, en cuyo marco mi colega, y amigo de muchos años, Eduardo Cruz Vázquez y yo nos dimos a la tarea de revisar, analizar y difundir los principales resultados de dicha herramienta estadística.

Para aquellos que nos han seguido los invitamos a que compartan la información, que la comenten y que se echen un clavado en la Cuenta Satélite para que la conozcan y a su vez identifiquen las variables propias del área artística o cultural en la que participan.

La gráfica de esta última entrega contiene una serie histórica del PIB de la cultura de 2008 a 2022 y su contribución a la producción nacional, a precios corrientes. Por tratarse de variables con los precios de cada año, los comentarios se van a referir al tamaño y la participación relativa del sector en el producto del país.

Lo primero que notamos es que el mayor peso porcentual de la producción cultural en la nacional se registró en 2009 cuando alcanzó un nivel de 4.1%. Recordemos que en esos años el mundo se vio afectado por las secuelas de la crisis inmobiliaria en los EUA. Esa crisis nos pegó a tal grado que incluso el PIB nacional en términos nominales se redujo en 2.9% (a precios constantes la caída fue de 5.9%). Sin embargo, la producción cultural mostró una caída de menor magnitud, lo cual se reflejó en ese pico que vemos en la gráfica.

A partir de ese año observamos un descenso gradual de la participación de la cultura en el PIB, que llegó a un mínimo de 2.7% en 2020, esto último como consecuencia del cierre de actividades y el aislamiento a que dio lugar la pandemia por el Covid 19. No está de más recordar que la prohibición de todo tipo de reuniones afectó gravemente a las actividades culturales, principalmente las escénicas, que fueron las primeras en cancelarse y las últimas en reactivarse, razón por la cual registraron una contracción anual de 20.0% real, frente a la caída de 8.3% de la producción nacional. En términos de nuestra gráfica dicha reducción significó cinco puntos porcentuales menos entre 2019 y 2020.

Ante ese panorama de fatalidad es positivo acordarse de todos aquellos artistas que desde sus hogares hicieron un esfuerzo por seguir trabajando, mediante grabaciones y transmisiones sonoras y en video para difundir sus obras o para dar continuidad a sus labores de enseñanza, o bien que estuvieron en las afueras de los centros de vacunación acompañando a los habitantes de sus localidades que acudían a recibir su respectiva dosis. De no ser por esa energía, la caída de la producción cultural habría sido todavía más profunda.

El momento en que nos encontramos, de reactivación cercano a la recuperación, es propicio para conocer con más detalle la situación de nuestras áreas de interés, para lo cual la Cuenta Satélite de la Cultura puede significar un gran apoyo.

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