Recibe, devuelve y le pegan a Eugenio Derbez

Como en estos tiempos se trata de remover los polvos, mucho lodo se lanza contra la supuesta corrupción en los fideicomisos dedicados al apoyo del cine mexicano. En estos días la figura ha sido Eugenio Derbez. (Imagen: Facebook No se aceptan devoluciones).

Desde el 8 de octubre pasado, día en que la mayoría de Morena en la Cámara de Diputados aprobó la extinción de 109 fideicomisos, incluyendo dos de apoyo al cine mexicano, seguidores del presidente Andrés Manuel López Obrador orquestaron una campaña en contra Eugenio Derbez, su familia y particularmente de su película No se aceptan devoluciones que se estrenó en 2013 en México y Estados Unidos.

¿El pecado? En 2011, la producción del actor recibió recursos del Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine) que por mandato presidencial habrá de desaparecer pese a los grandes resultados obtenidos durante su permanencia.

En redes sociales, los ataques a Eugenio Derbez, un mexicano que triunfa en Hollywood, fueron miserables y repletos de ignorancia: se quejan de los 10 millones de pesos que se otorgaron a la productora de la película, Alebrije, Cine y Video, S.A de C.V, asegurando que los Derbez “vivían como reyes con los fideicomisos de cine”, algo totalmente fuera de la realidad.

Gracias al éxito del largometraje de Derbez en 2013, donde marcó un nuevo boom para el cine mexicano, la productora regresó con creces el apoyo económico que le dieron.

Según documentos oficiales en poder de este reportero, la empresa productora de No se aceptan devoluciones reintegró al Fidecine en noviembre del 2017 la suma de 20 millones 546 mil 988 de pesos, por la explotación comercial en México y el mundo. El documento está firmado por Mónica Lozano, productora y representante legal. El porcentaje de Fidecine como productor fue del 13.85 por ciento.

Otro documento, esta vez de FIDECINE, reporta que No se aceptan devoluciones ha regresado hasta el día al Estado: 51 millones 638 mil 627 pesos, sí cinco veces más de lo que recibió.

Pero eso no es todo, la cinta se filmó en Acapulco y Eugenio Derbez donó a Guerrero 10 millones 593 mil pesos para apoyar la reconstrucción del puerto después de los ciclones Ingrid y Manuel.

No se aceptan devoluciones es de las pocas películas mexicanas que tuvo éxito en Fidecine, ninguna otra ha regresado tanto dinero; pero eso no le importó a las hordas de bots que trataron de justificar así, la decisión del presidente de desaparecer los fideicomisos del cine a pesar de ser exitosos y cumplir con todas las reglas que dicta la ley.

La cinta de Derbez cerró su principal ciclo de exhibición con más de 600 millones de pesos en taquilla y alrededor de 15 millones de boletos vendidos, lo cual le convirtió en el film mexicano más taquillero de los últimos años superando a otros productos de Hollywood en México.

Darle con todo

En su momento, la historia protagonizada por Derbez tuvo el mejor estreno en nuestro país por día de apertura (3.3 millones de boletos en viernes) y por fin de semana (148.8 millones de pesos en sus tres días) venciendo a Blockbusters con muchos millones más de presupuesto.

Incluso, recaudó más de 7.5 millones de dólares en Estados Unidos en su primer fin de semana, algo que nunca había sucedido con films mexicanos. La publicación especializada Hollywood Reporter calificó el estreno de Instructions Not Included como una sorpresa en taquilla que la colocó dentro de las cinco más vistas del fin de semana en siete años de registros.

Los ataques al cine mexicano y en particular en estos días a Eugenio Derbez no tienen sustento, ya que el Fidecine ha venido cumpliendo el propósito de fomentar y promocionar permanentemente la industria cinematográfica nacional, a través de un sistema de apoyos financieros, de garantía e inversiones en beneficio de los productores, distribuidores, comercializadores y exhibidores de películas nacionales.

“Los fondos manejados por el IMCINE a través de fideicomisos (Fidecine y Foprocine) fueron una herramienta eficaz de apoyo y crecimiento para el cine mexicano y un logro indiscutible de la comunidad cinematográfica cuyos beneficios no deben perderse”, reconoció el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en un comunicado, aunque, después, dijo que en todos había corrupción.

Como sabemos, el Fidecine se constituye como un fideicomiso público de administración y pago, con un patrimonio integrado con aportaciones del gobierno federal, así como de otros actores de los ámbitos público, privado y social. De igual manera es susceptible de recibir donativos de personas físicas o morales, mismas que son deducibles de impuestos.

Duras las patadas entre los bandos en disputa por los fideicomisos en general y del cine en particular; a favor o en contra de la decisión presidencial. (Imagen: Twitter).

En virtud de lo anterior, los recursos del Fidecine se dirigen a producciones nacionales, preferentemente al otorgamiento de capital de riesgo, crédito o estímulos económicos a las actividades de realización, producción, distribución, comercialización y exhibición como generadora de mecanismos destinados a propiciar, con la participación activa de diversas instancias, nuevos modelos de financiamiento para su reactivación integral.

Según datos del IMCINE, el Fidecine ha invertido 1,462 millones de pesos en 225 proyectos con un retorno de inversión de 210 millones de pesos.

Por lo que refiere al Foprocine, el objetivo ha sido fomentar el desarrollo de la industria audiovisual nacional a través del otorgamiento de recursos vía capital de riesgo. Se trata de impulsar la producción audiovisual nacional, induciendo la participación de inversionistas privados en proyectos conjuntos.

La misma fuente del IMCINE consigna que el Foprocine entregó 1,323 millones de pesos a 373 películas y recuperó 58 millones de pesos aproximadamente, puesto que muchas producciones aún no terminan de exhibirse en las diferentes ventanas de difusión.

Los años maravillosos

Como hemos visto, los dos fideicomisos en vías de desaparición (al momento de escribir esta nota falta su discusión y aprobación en el Senado) han sido instrumentos del Estado para impulsar la producción cinematográfica, algo que se logró de manera importante: “La producción pasó de nueve largometrajes en 1997 a 216 en 2019, en total las películas apoyadas estrenadas en salas comerciales generaron al menos cuatro mil 124 millones de pesos en taquilla”, señaló Mónica Lozano Serrano, presidenta de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC).

El año pasado se estrenaron más de 100 películas en salas comerciales y todos los sectores involucrados en el cine mexicano coinciden que es responsabilidad del Estado incentivar, apoyar y divulgar el cine nacional.

Sin aflojar. Una y otra vez el presidente López Obrador insiste en que defender los fideicomisos es defender la corrupción. Sin embargo, al menos hasta el martes 13 de octubre, diversas instancias afectadas piensan lo contrario. (Imagen: politico.mx).

Finalmente, el estudio Impacto de la Industria Cinematográfica en la Economía Mexicana, realizado por la UNAM (2019), revela que la dicha actividad representa un conjunto de actividades culturales que se posicionan como las más importantes en el país, lo que se refleja en el peso que esta industria tiene dentro de la producción nacional, el PIB de la cultura, así como en el de los servicios culturales.

“El cine representó en promedio de 2008 a 2018, el 0.08 por ciento de la producción nacional; pasando del 0.06 en 2008 al 0.10 por ciento en 2018. Dentro del Producto Interno Bruto (PIB) de la Cultura, la industria registró un incremento en su participación, pasando del 1.73 por ciento en 2008, al 2.40 por ciento en 2018; y a su vez, esta actividad logra considerase como uno de los principales servicios culturales en México al representar para 2018 el 12.50 por ciento del PIB total de servicios culturales, sobrepasando a actividades como la fotografía, a las compañías de teatro, danza, y música, radio y otros servicios, las cuales apenas alcanzaron el 5.8 por ciento del PIB total de servicios culturales.

“Asimismo, el desempeño de esta actividad es tal que sobrepasa por seis puntos porcentuales a la edición de libros, periódicos, revistas y otros materiales, la cual ocupa el quinto lugar dentro de los principales servicios culturales. Entre 2009 y 2018 el PIB de la industria cinematográfica creció en promedio un 6.2 por ciento, en tanto el PIB nacional se expandió a sólo a 2.1 por ciento”.

El “boom” del cine mexicano se acabará con la pandemia que azota al mundo, con la desaparición de los fideicomisos en apoyo al cine mexicano y debido a los brutales recortes al presupuesto del IMCINE, en una política que va en contra de todo lo que prometió en campaña López Obrador.

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