Recuento de un engaño, a cuenta del cine nacional

Como en circo romano, el emperador alzó su pulgar y sus seguidores aprobaron la ejecución como leones hambrientos.

De nada sirvieron las súplicas de los directores Guillermo del Toro, Alfonso Cuarón y Alejandro G Iñárritu, ganadores del Oscar, como tampoco las de la comunidad cultural. La desaparición de los fideicomisos Foprocine y Fidecine era irremediable en virtud de la exigencia presidencial.

Fue la crónica de una muerte anunciada. El decreto del Ejecutivo que ordenó la extinción de los fideicomisos públicos, mandatos públicos y análogos, era contundente, aunque en el atropellado camino a su consumación, se trató de engañar a la comunidad cinematográfica.

En un momento álgido del debate, Mario Delgado, coordinador de los diputados de Morena, aseguró que “El FIDECINE no desaparecerá. (Vamos a) hacer equipo para plantear estrategias que hagan crecer a la industria”. Y lo dijo frente a Del Toro, Iñárritu y Cuarón; les mintió, sí, a los tres de los cineastas más poderosos del mundo, así como a una comunidad entera.

Así, tras meses de dimes y diretes, el martes 6 de octubre llegó a la última etapa la telenovela que tendría un final triste para al cine mexicano, que, pese a todas las promesas de campaña de Andrés Manuel López Obrador de darle a la producción nacional un apoyo nunca antes visto en el país, no sucedió; al contrario, su plan de austeridad se convirtió en una película de terror para la producción nacional que tendrá un desastroso 2020.

De esta manera y pese a una segunda votación, el martes 29 de septiembre los diputados aprobaron el dictamen en el que confirmaron derogar los artículos 33 al 38 de la Ley Federal de Cinematografía que tenían que ver con el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine, cuyo objeto era el fomento y promoción permanentes de la industria cinematográfica nacional. Al eliminarlos, no existe obligación alguna para el Estado.

“En estos momentos lo más importante es la salud de las y los mexicanos. La extinción de algunos fideicomisos no significa la desaparición de los apoyos, sino una reorganización administrativa en la que se está revisando cada peso”, llegó a explicar Mario Delgado.

El diputado llegó a decir que en el “paquete” de 109 fideicomisos estaban “atorados y estancados” alrededor de 150 mil millones de pesos, los cuales se liberarían para el gasto de la Secretaría de Salud.

Óleos de aquellos lodos… actuales. Pollice Verso (1872), del pintor francés Jean-Léon Gérome (1824-1904).

El cantar de los cantares

Por su parte, María Novaro, titular del Instituto Mexicano de Cinematografía, quien luchó por explicar al propio gobierno las bondades de los fideicomisos, también perdió y ahora, no tiene ni para café en la institución.

Aunque llegó a asegurar en una charla que existe un Plan B para seguir apoyando la producción nacional, de la cual tiene conocimiento la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, misma que de aprobarse permitirá a IMCINE manejar los recursos del otrora Fidecine directamente, sin duda es algo que se ve muy complicado, porque al culminar el periplo en la Cámara de Diputados, no se consigna claramente el destino de los recursos de muchos de los fideicomisos.

En otra banda, la Canacine envió en su momento el siguiente mensaje: “La Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica solicita atentamente al Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador y al Coordinador del Grupo Parlamentario de Morena, Dip. Mario Delgado, que honren su compromiso y cumplan con los acuerdos que hicieron públicamente con la industria y comunidad cinematográfica mexicana hace apenas unos meses”.

Nunca antes, Canacine, que reúne a exhibidores, distribuidores, productores y prácticamente a toda la cadena de la industria, había enviado un mensaje tan duro a un Presidente.

“El 23 de mayo se llevó a cabo una reunión virtual en la que el Dip. Mario Delgado dijo textualmente: ‘Les estoy dando mi palabra de que la extinción de Fidecine no va a caminar (…) entiendo que puede haber desconfianza, pero nosotros vamos a cumplir nuestra palabra (…) fortalezcamos la cinematografía, la industria (…) FIDECINE no desaparece””, se lee en el documento.

Incluso, señalaron, de la bolsa de dinero que contienen los fideicomisos, el Fidecine representa tan solo el 0.32 por ciento. Sin duda, hacer el esfuerzo de mantener estos recursos de apoyo al cine, que son mínimos en el contexto del gasto total, generarían retornos en empleos e impuestos, al tiempo que se crea arte y cultura.

Como consecuencia del ambiente de crispación de todos los ámbitos afectados por el “fideicomicidio”, en redes se lanzó petición a través de change.org (http://chng.it/bgQCy6kkkL) que alcanzó miles firmas que se presentaron en la Reunión Extraordinaria de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados del jueves 1 de octubre, donde en nueva ronda, con 26 votos a favor, nueve en contra y una abstención, se aprobó el dictamen de marras, sesión que transcurrió entre gritos y protestas.

El director Guillermo del Toro, envió entonces un mensaje: “Solo queda IMCINE – la lucha ahora es que a través de el instituto se puedan recuperar las funciones de promoción y financiamiento. Yo seguiré buscando apoyar a los nuevos cineastas y a nuestros talentos de animación. La paradoja es que FIDECINE tenía resultados y transparencia”.

Atrás quedaron las promesas de campaña del hoy Presidente de México, como sacar al cine mexicano del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCA), el imponer el 30 por ciento del tiempo total de exhibición para las producciones nacionales, instaurar dos semanas obligatorias en cines y la regulación en los horarios para las películas mexicanas.

Según el proyecto de gobierno de la coalición “Juntos Haremos Historia”, titulado “Proyecto 18” estas medidas fortalecerían e incrementarían la visibilidad de las películas mexicanas ante la oferta extranjera, algo que no sucedió.

Calmantes montes

En otro escenario más de esta batalla, la Secretaría de Cultura, a través del IMCINE reconoció que los fondos manejados a través de Fidecine y Foprocine fueron una herramienta eficaz de apoyo y crecimiento para el cine mexicano, y un logro indiscutible de la comunidad cinematográfica cuyos beneficios no deben perderse.

Sin embargo subrayó que “los fideicomisos son un mero mecanismo para administrar dinero y su extinción no significa de manera alguna la cancelación de los apoyos al cine y toda su cadena de valor. El IMCINE cuenta con las atribuciones legales para usar su estructura para entregar apoyos directos al cine a través de un programa presupuestal no dependiente de un fideicomiso”.

Y prometieron que “se dará continuidad a los apoyos al cine mexicano de forma directa a través del IMCINE. Se trata de un programa presupuestario de subsidios sujeto a reglas de operación y será a través de consejos ciudadanos que se evaluarán todos los proyectos en todas las convocatorias”.

Pero en lo referente a las reformas a la Ley Federal de Cinematografía, informaron que es un proceso que “deberá recorrer su propio tiempo y que busca fortalecer al cine nacional”.

La mancuerna: un congreso dominado por el gobernante Morena y un secretario de Hacienda de obediencia ciega, Arturo Herrera. Sabroso el pastelillo. (Foto: Mario Jasso/cuartoscuro.com).

Mayer, promesas y nada más

El diputado Sergio Mayer, presidente de la Comisión de Cultura y Cinematografía, dedicó todo un año a un foro para elaborar una propuesta legislativa para la industria cinematográfica a través del Parlamento Abierto con la participación del gobierno federal, la comunidad cultural, organizaciones y especialistas en la materia.

Sin embargo, siempre tuvo problemas, lo acusaron de propiciar “una simulación y una grave traición al gremio cinematográfico”, ya que dos temas clave fueron eliminados: el “duopolio” en la industria de la exhibición y el aumento del tiempo en pantalla para las producciones nacionales. Pero aun así continuaron.

Sergio Mayer incluso abandonó varias mesas de diálogo porque, a la par, protagonizaba una obra de teatro. Pero el diputado se pasea en alfombras rojas con falda; otras no, promete, habla pero no, ninguna de sus propuestas han sido aprobadas.

Tras conocer la orden del Presidente de extinguir todos los fideicomisos, incluyendo los de cine, Sergio Mayer dijo que la votaría a favor; luego, ante las protestas de la comunidad, cambió su intención. Así han sido las acciones del diputado, sus promesas no dejan de ser eso, sólo promesas, que no pocas pasan por ocurrencias.

En medio de la votación del dictamen de la extinción de los fideicomisos, el diputado regresa como conductor a la televisión con el programa “Sergio Mayer Sin Restricciones” a través del canal Heraldo TV, en el canal 10 de televisión abierta. Sin duda, en la agenda hay prioridades.

Para la historia

Cuando Alejandro G. Iñárritu levantó la voz contra los recortes al cine, fue claro: el cine mexicano es un “embajador, una imagen, una memoria… es la documentación de una cultura. Es una industria que se ha ganado peso a peso el apoyo que se le ha dado y ha regresado mucho más. Lo que yo quiero proponer es que se refuerce y que lo dupliquen. Y mandar el mensaje de que esta industria es un ejemplo de que un apoyo bien utilizado puede dar mucho rendimiento y ojalá, ahora, la noticia sea que se redoblan los esfuerzos para una industria que ha pagado mucho”.

Y es que el Fidecine era un capital semilla: a partir de que una producción obtiene el apoyo, debe salir a buscar más financiamiento para poder filmar lo que beneficiará a una larga cadena personas que intervienen en el proceso, tales como el director, guionista, actores y una larga lista de profesiones y oficios: carpinteros, diseñadores, choferes, iluminadores y un largo etcétera.

Mónica Lozano Serrano, presidenta de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC), dijo en su momento que es responsabilidad del Estado incentivar, apoyar y divulgar el cine nacional.

“La producción pasó de nueve largometrajes en 1997 a 216 en 2019, en total las películas apoyadas estrenadas en salas comerciales generaron al menos cuatro mil 124 millones de pesos en taquilla”.

En una reunión urgente, Lozano señaló: “con o sin fideicomisos debemos garantizar que la ley establezca de manera muy clara que el fomento a la cinematografía se va a mantener. De otra manera, si no existe este pronunciamiento y este articulado en la ley que garantice el fomento, se constituiría una medida regresiva sobre los derechos humanos, misma que violentaría el principio de progresividad contenido en el párrafo tercero del artículo primero constitucional”.

Finalmente, desaparecer los fideicomisos de apoyo al cine mexicano por capricho presidencial, inventando opacidad y malos manejos, es solo un pretexto para absorber los recursos económicos para usarlos de forma discrecional, afectando a una industria que comenzaba a florecer, como en su momento fue la época de oro del cine nacional.

Intensa fue la batalla desde distintos frentes; no se pudo detener la desaparición de más de 100 fideicomisos, no pocos ligados a la educación, la ciencia y la cultura. (Imagen: Tomada de Twitter @MOCCAMMEXICO).

En el Palacio Nacional

Una y otra vez, el presidente Andrés Manuel López Obrador defendió la eliminación de los fideicomisos y fondos porque, aseguró, había corrupción, estaban “fuera de control”, no había transparencia en su entrega e incluso dijo girar instrucciones para que se investigaran la presencia de “aviadores” en muchas de estas estructuras.

En un informe de la Secretaría de Hacienda, se señala el tema de los fideicomisos y proporciona el número de actos jurídicos que se encuentran en operación y los que están en proceso de extinción, terminación o baja de clave de registro, en cada uno de los sectores que integran las dependencias y entidades.

En cuanto al porcentaje de participación en el total de actos jurídicos registrados destaca en primer lugar el Conacyt, con 29.8 por ciento; la SHCP, con 24.4 por ciento; la Secretaría de Educación Pública, con 7.8 por ciento; la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, con 6.3 por ciento; la Secretaría de Cultura, con 4.2 por ciento y la Secretaría de Turismo, con 3.3 por ciento.

En otro momento, el secretario Arturo Herrera, aseguró que los apoyos están garantizados y que nos beneficiarios los recibirán en adelante directamente de la Tesorería de la Federación. Citó como casos, el Sistema Nacional de Investigadores y el Sistema Nacional de Creadores.

Diputados y artistas reclamaron que la selección de fideicomisos para eliminarlos también ha sido discrecional. Entre los 109 fideicomisos no está el de la Secretaría de la Defensa Nacional, con 30 mil millones de pesos para equipo militar.

Lo cierto es que en voz de numerosos expertos, lo que viene después son una diversidad de recursos jurídicos de las instancias afectadas, sobre todo las que son autónomas de la administración pública, como los centros educativos, ya que los recursos existentes les pertenecen, o provienen de otras fuentes, como aportaciones de empresas e incluso de organismos internacionales.

Final de película

El martes 6 de octubre, con 242 votos a favor, 178 en contra y 7 abstenciones, los diputados aprobaron en lo general el dictamen de extinción de fideicomisos.

Al cierre de esta nota, se procesa la discusión de casi 400 reservas donde, dicen, los diputados de oposición tratarán de rescatar algunos fideicomisos. Falta cumplir el otro requisito, en la Cámara de Senadores, donde su líder, Ricardo Monreal, está no solo en la línea de obediencia ciega con su jefe, también se encuentra más preocupado por enmendar al vapor la Constitución para celebrar la consulta presidencial sobre el juicio a los exmandatarios, el día de las elecciones del 2021.

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